Los choques armados entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por siglas en inglés) han dejado 185 muertos y 1.800 heridos hasta este lunes en Sudán, sin signos de que la situación se calme.

Volker Perthes, jefe de la Misión de Asistencia de Transición Integrada de la ONU en Sudán, informó sobre las últimas novedades del conflicto al Consejo de Seguridad durante una sesión a puerta cerrada.

«Es una situación extremadamente inestable, por lo que resulta muy difícil saber hacia dónde se decantará», declaró Perthes a periodistas tras la reunión.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el lunes a los líderes de las Fuerzas Armadas sudanesas y de las RSF que cesaran inmediatamente las hostilidades e iniciaran un diálogo para resolver la crisis. Pero el enviado de la ONU a Sudán dijo que ninguna de las dos partes daba señales de querer negociar.

El Ejército sudanés reveló este lunes que mantuvieron enfrentamientos limitados con las RSF en torno al perímetro del Comando General de las Fuerzas Armadas y en el centro de Jartum.

«Las Fuerzas Armadas están en absoluto control de todos sus cuarteles generales, siendo falsas las informaciones que circulan sobre una toma por parte del enemigo del comando general, la casa de huéspedes o el palacio de la República», proclamó el Ejército mediante un comunicado.

El Ejército sudanés añadió que la Fuerza Aérea sudanesa lanzó este lunes varios ataques contra diferentes objetivos del enemigo con el objetivo de acabar con las bolsas de las RSF en Jartum.

Mohamed Hamdan Dagalo, comandante de las RSF, instó a la comunidad internacional a intervenir para frenar lo que calificó como «crímenes del líder del Ejército sudanés».

«La comunidad internacional debe actuar ahora e intervenir contra los crímenes del general sudanés Abdel Fattah Al-Burhan, un islamista radical que está bombardeando a civiles desde el aire», denunció Dagalo el lunes a través de su cuenta de Twitter.

«El Ejército está ejecutando una campaña brutal contra inocentes bombardeándoles con misiles», añadió.

También desmintió que las RSF iniciaran los enfrentamientos con el Ejército sudanés. «No atacamos a nadie. Nuestras acciones son simplemente una respuesta al asedio y asalto contra nuestra fuerza», señaló.

La lucha está provocando un deterioro de la crisis humanitaria en todo el país.

«Los enfrentamientos están impidiendo a la gente, especialmente en las ciudades, acceder a alimentos, agua, educación, combustible y otros servicios críticos para sus familias», alertó Martin Griffiths, coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, también este lunes. «Los ya precarios servicios sanitarios podrían ser llevados al límite», agregó.

«Las informaciones de que hospitales e infraestructuras de agua y electricidad han sido objeto de ataques son extremadamente preocupantes», aseveró Griffiths.

Por su parte, Israel aseguró el lunes que estaba «siguiendo con preocupación» los combates.

«Israel quiere estabilidad y seguridad para Sudán», escribió en Twitter el portavoz del Ministerio israelí de Exteriores, Lior Haiat.

En respuesta a la propagación violenta del conflicto, Kenia anunció planes para evacuar a 3.000 de sus nacionales en Sudán.

«Estamos reuniendo toda la logística requerida para evacuar a nuestros ciudadanos en cuanto el espacio aéreo de Sudán esté abierto y sea posible trasladar a las personas de forma segura», informó Roseline Njogu, secretaria primera del Departamento de Estado para Asuntos de la Diáspora de Kenia, a los medios de comunicación.

Los combates entre el Ejército sudanés y las RSF estallaron el sábado por la mañana, propagándose violentamente por tercer día consecutivo.

Ambos bandos han estado utilizando tanques, artillería, cazas de combate y otras armas pesadas en sus intercambios de fuego.