Héctor Daer, integrante del triunvirato que conduce la CGT, afirmó esta mañana que «no es el momento de hacer un paro», al ratificar que en la central obrera se desinfla la posibilidad de una medida de fuerza nacional.

«No quiero opinar de personas como Pablo Moyano, pero puede decir lo que quiera en el Consejo Directivo (de la CGT). No es el momento de hacer un paro», afirmó Daer.

En declaraciones a Radio El Mundo, el integrante del triunvirato que encabeza la CGT consideró que hay «problemas con el poder adquisitivo» y que «hay algunos sectores del gobierno que se quieren llevar nuestro trabajo», pero evaluó que no debería realizarse una medida de fuerza en este momento.

A su vez, el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, indicó que «hay un espíritu de muchos gremios que vemos que no es momento de producir un paro».

«Hay un espíritu de muchos gremios que vemos que no es momento de producir un paro», explicó Rodríguez, quien indicó que en relación con el Gobierno, «veremos como coincidimos o no y a partir de ello formalizar el diálogo institucional».

«Buscamos que haya un crecimiento económico sostenido y que haya distribución de ese crecimiento», indicó el jefe del gremio de estatales.

Este lunes, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se reunió con la conducción de la CGT tras la tensión por la marcha a Plaza de Mayo y en ese marco se acordó comenzar a trabajar en una agenda de temas laborales, en momentos en que se desinfla la posibilidad de un paro general.

«No hay condiciones objetivas para eso, el empleo está creciendo, la inflación se viene desacelerando, y hay voluntad de diálogo con todos los actores de la economía», consideró Triaca al ser consultado por la posibilidad de que la CGT convoque a una segunda huelga general contra la gestión de Muaricio Macri. Y agregó: «No sería oportuno, hay un clima de ir trabajo entre todos para generar consensos. El Gobierno busca sostener el poder adquisitivo y generar empelo».

La reunión, que se realizó en la sede del sindicato de UPCN en el centro porteño, fue a pedido de Triaca, quien buscaba retomar el contacto con los dirigentes de la central obrera, luego de conversaciones informales en las que los propios referentes de la CGT le confiaron que no existe una voluntad mayoritaria dentro de la entidad de la calle Azopardo para convocar a un paro general.

De esta forma, el gobierno y la CGT acercaron posiciones y bajaron la tensión luego de la marcha del 22 de agosto pasado a la Plaza de Mayo, cuando el integrante del triunvirato Juan Carlos Schmid amenazara con la posibilidad de llamar a un paro en rechazo a las políticas de la Casa Rosada y Macri contestara que la movilización fue «una pérdida de tiempo» y lamentó que no tuvo en cuenta los resultados favorables que el Gobierno cosechó en las elecciones primarias celebradas 10 días antes.