Por Florencia Vizzi

Algunos sonríen, otros se indignan, unos acompañan, otros lo toman con sorna…. pero el Paro Internacional de Mujeres convocado para el próximo 8 de marzo no provoca, en ningún caso, indiferencia.

Según reza el sitio web oficial: “El Paro Internacional de Mujeres (PIM) es un movimiento de base formado por mujeres de diferentes partes del mundo. Fue inspirado desde Polonia y creado en las últimas semanas de octubre de 2016 respuesta a la violencia social, legal, política, moral y verbal que experimentan las mujeres contemporáneas en diversas latitudes. PIM planea paros generales y protestas para el 8 de marzo de 2017, bajo un lema en común: “la solidaridad es nuestra arma”.

“El Paro Internacional de Mujeres es una movida que representa un nuevo internacionalismo», señaló Loreley Flores, periodista de Con X y Agencia Sin Cerco, perteneciente además a la  Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. “El movimiento de mujeres surge como una expresión emergente alternativa a otros movimiento partidarios y políticos, que está dando luchas y debates políticos dónde otros no lo dan,  porque no hay quienes se estén levantando como lo están haciendo las organizaciones de mujeres. Esto es una construcción que ya lleva 200 años y es la base que sustenta y sostiene esta  lucha de hoy, cuando las violencias y desigualdades parecen hacerse más visibles y más crueles”.

 

La convocatoria se extiende por alrededor de cuarenta países a lo largo del mundo, y concentra distintas ideologías, visiones e identidades y también ciertas diferencias y debates internos, pero los desacuerdos se salvan a la hora de salir a la calle.

#NosotrasParamos porque cuando este gobierno ajusta, las más perjudicadas somos las mujeres. Porque la falta de autonomía económica nos deja más desprotegidas frente a la violencia machista.

“Las mujeres del mundo nos unimos y organizamos una medida de fuerza y un grito común: Paro Internacional de Mujeres. Nosotras Paramos. Hacemos huelga, nos organizamos  y nos encontramos entre nosotras. Ponemos en práctica el mundo en el que queremos vivir”. Con estas palabras se abre el llamamiento del Facebook oficial de la convocatoria.

El primer paro de mujeres tuvo lugar el 19 de octubre de 2016, luego de la represión desatada en el Encuentro Nacional de Mujeres, que tuvo lugar en Rosario, y de una semana negra en la que se registraron 6 femicidios, entre ellos el de Lucía Pérez en Mar del Plata. En ese momento  contó con la adhesión de algunas organizaciones políticas y sindicatos de distintos puntos del país y, a pesar de que la convocatoria tuvo escasa organización, fue contundente.

En esta ocasión, con un amplio desarrollo a nivel mundial, en la Argentina, cientos de agrupaciones de todo el país militan la jornada de protesta y cuenta además, con la explícita adhesión de las centrales sindicales, tanto de la Confederación General del Trabajo (CGT) como de las dos líneas de la Central de Trabajadores Argentinos.

“Nos queremos vivas y queremos una sociedad más igualitaria y equitativa. Somos la mitad de la población y reclamamos esa mitad en los ámbitos representativos, igualdad en la política, igualdad en los sueldos, igualdad en las tareas de cuidado”, apunta la periodista Loreley Flores. Y subraya: “Lo que hay que entender es que #NiUnaMenos habla de muchas cosas, que no nos maten, sí, en primer lugar, pero también habla de que se dejen de alimentar esos micromachismos, tan naturalizados socialmente  y que nos van poniendo cada día más en una posición de indefensión y vulnerabilidad”.

Flores afirma: “Es un mensaje claro y simbólico al capitalismo en todo el mundo: ‘Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras ¿no?’. Somos la mitad del mundo, hacemos el 76% de las tareas no remuneradas, sin embargo a la hora de tomar decisiones no se nos tiene en cuenta y a la hora de matarnos el mensaje que se da es de “por algo habrá sido”.  Pero la verdad es que somos sumamente necesarias para el capitalismo que se alimenta de nuestros trabajos no remunerados, que hace uso y abuso de nuestra fuerza productiva y reproductiva, pero a cada paso nos dice cómo pensar, como actuar y qué hacer con nuestro cuerpos”.

“El paro es productivo y reproductivo”, apunta Sofía Botto, coordinadora de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana Rosario (MuMaLa). “La convocatoria es a un cese de actividades de 12 a 15 en los lugares de trabajo. Entendemos que cada uno de los lugares de trabajo tendrá sus particularidades, pero la idea es esa. Y luego, a partir de las 18, convocamos a una gran marcha que partirá desde la Plaza San Martín hasta el Monumento a la Bandera”, señala.

#NosotrasParamos porque cada 18 horas una mujer es asesinada en Argentina y hay 50 femicidios vinculados anuales

“Los reclamos son muchos, pero cuando hablamos de trabajo, nosotras denunciamos que somos el 70% de los pobres del mundo, que hay una brecha salarial con los hombres de un 27%  que se profundiza cuando se trata de trabajo en negro, que además ocupamos 6,4 horas diarias en promedio para hacer trabajo reproductivo y de cuidado mientras que los hombres sólo ocupan 3,2, y cuando hay niños menores esa distancia se duplica. Las mujeres hacemos el 76% de trabajo doméstico no remunerado y eso no está reconocido en ningún lado”, explica Botto.

“En cuanto a la violencia, nos encontramos con una decisión del Gobierno Nacional de recortar 67 millones de pesos al presupuesto del Consejo Nacional de las Mujeres, y eso se da en un contexto en que se contabiliza un femicidio entre 18 y 24 horas y va en aumento”, enfatizan desde MuMaLa.

Entre los reclamos principales  se cuenta el derecho al aborto seguro y gratuito , puesto que son miles las mujeres que mueren por abortos clandestinos, y «esa es la primera causa de muerte entre las mujeres gestantes».

Flores agrega que “otro de los reclamos es la libertad a Milagro Sala, que se encuentra detenida ilegalmente y eso es todo un mensaje”. “Ella está detenida por pertenecer a los pueblos originarios, por ser mujer, por ser pobre y por animarse a disputar poder”.

Además, remarca:  “Las mujeres ganamos menos en los mismos puestos de trabajo, tenemos más carga horaria, el desempleo nos pega más fuerte y el ajuste nos deja en lugares de más desprotección frente a la violencia machista. Necesitamos vernos vivas en el más amplio sentido de la palabra y estamos cansadas de discursos encubiertos del tipo: “Si insisten con el NiUnaMenos no se quejen si hay más femicidios”.

#NosotrasParamos para reivindicar nuestro derecho al Aborto seguro, legal y gratuito. Para que no se obligue a ninguna mujer a enfrentar la maternidad.

Los reclamos también suman la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral  y la paridad en los espacios de decisión en cargos electivos. “Nosotras no somos una minoría, somos más de la mitad de la población. En ese marco nosotras entendemos que nos corresponden la mitad de los lugares dentro de los espacios de decisión”, enfatiza Sofía Botto.

Micromachismo, batalla cultural y aumento de femicidios

«El otro día estaba leyendo una nota en la revista Noticias titulada: «Femicidios: ¿el #NiUnaMenos provoca un efecto contagio no deseado?»— relata Loreley Flores. «Y la verdad es que esa es una constante en el discurso, con este tipo de notas vuelven a responsabilizar a las mujeres de las cosas de las que la sociedad no se puede hacer cargo. Y dicen ‘bueno, para que salen a la calle si eso recrudece la violencia’. Eso no es así— enfatiza la periodista— la violencia está instalada en la sociedad, está latente y, de alguna manera, está habilitada, y se nos señala por provocar la violencia cuando lo que hacemos es ejercer nuestros derechos».

«Hay toda una batalla cultural que tenemos que dar, insiste Flores. La verdad es que es dificilísimo, porque cuando hablamos de que las mujeres  somos reproductoras no es sólo en el sentido biológico, sino en el discursivo y cultural. Y estamos atravesadas por la cultura machista. Por ejemplo, yo tengo dos nenas de tres años y cuando voy a comprar una malla para ellas me dan una malla entera, o una bikini con corpiño y yo la compro… y ya desde los tres años le estamos diciendo que se tienen que tapar… Y ponele que en el mejor de los casos yo dijera: ‘no hace calor, no tienen nada que ocultar’  y le pongo sólo la parte de abajo, ellas no quieren, porque ellas me ven a mi con el corpiño o con la malla entera aunque estemos en la pileta de mi casa.  Entonces, si yo estoy tan atravesada por esta cultura machista que no puedo quedarme con el torso desnudo en la pileta de mi casa, ¿como quiero que mis hijas de 3 años crezcan con otra cabeza más libre?. En ese sentido, es importante poner el ojo en la Educación Sexual Integral.  Porque estamos atravesadas por al cultura, todas las personas, incluso las que ejercen al docencia. Entonces, hay filas de niñas y niños, y en las escuelas los chicos hacen algunos juegos y las chicas hacen otros, y hay colores de nenas y de nenes… Y también—agrega— hay que apuntar a los medios. Porque los medios son reproductores de cultura y si uno ve los abordajes en las cuestiones de género, y en el tema de los femicidios es escalofriante».

#NosotrasParamos porque en el marco de que han asesinado a 57 mujeres en lo que va del año, el Gobierno Nacional produjo un recorte de 67 millones de pesos en el presupuesto del Consejo Nacional de Mujeres

En cuanto al aumento de la violencia de género, cada vez más evidente, la vocera de MuMaLa reflexionó: «La hipótesis que manejamos es que hay una reacción. Es una reacción a las denuncias, a las movilizaciones, a como nos estamos organizando los movimientos de mujeres. Cada vez somos más en la calle, y estamos a la vanguardia con un montón de reclamos, de hecho, hemos salido antes que las centrales sindicales. Sabemos lo que implican  nuestros reclamos  y no nos vamos a quedar calladas, hay que exigirle al estado que garantice nuestros derechos y que garanticen los derechos de las mujeres que van a denunciar a las entidades oficiales o a la policía. Hoy las mujeres son un ejemplo en la calle».

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