Juan Carlo Schmid, secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento y líder de la CATT se refirió al momento que vive el sindicalismo en el país.

El sindicalista reflexionó: “No haría juicio de valor sobre otros hombres que vivieron momentos mucho más duros que los que estamos atravesando” aunque “lo particular de este momento es que hay una caída de los valores morales y éticos de las relaciones humanas en el mundo y obviamente abarca al sindicalismo. Esto no sucede solo en Argentina y es demostrado por la caída de la tasa de afiliación sindical”.

Schmid y añadió que “hoy representar esa vocación es doblemente importante” teniendo en cuenta que el argentino “es un sindicalismo con una alta densidad de afiliación que no se da en otra parte del mundo, además ejecuta paros generales que paralizan el país, cosa que casi no se da” a nivel global.

El gremialista indicó: “Si vos mirás el ciclo de los últimos 40 o 50 años de los grandes líderes sindicales en Argentina vas a encontrar figuras como Vandor, Lorenzo Miguel, Rucci o Ubaldini, quienes no murieron siendo ricos. Ideológicamente lo podemos desmenuzar por sus errores o vacilaciones, pero los tipos no murieron enriquecidos”.

En Argentina “en este último tiempo hay una ofensiva muy intensa para desprestigiar al sindicalismo pero esa ofensiva se sostiene también sobre la política, las organizaciones sociales y los medios independientes o alternativos” a través de la cual “intentan liquidar la existencia de los sindicatos”, disparó Schmid.

Consultado sobre los procesos de flexibilización laboral que se dan en la región y sus posibles repercusiones en el país, Schmid dijo que “el sindicalismo argentino ha tenido una fortaleza que ha demostrado en toda su historia. Los sindicatos no solo tienen su poder en la protesta, lo tienen también en su desarrollo económico. Hay una oferta de salud que abarca a millones de compatriotas y eso no está dispuesto a resignarlo el trabajador argentino”.

En cuanto a este tema, diferenció la situación del país con la que atraviesa Brasil ya que en Argentina “nos sientan como actores de una reforma integral para los próximos dos años. Es decir que el poder político considera que el sindicalismo tiene que ser parte de la discusión, cuestión que no se da en otras partes del mundo”.

Sobre la reforma laboral en el país, el triunviro ratificó que desde la CTG “vamos a examinar todo. Uno se sienta en el ejercicio del acuerdo, ceder esto para ganar esto otro. Ese es el espíritu con el que hay que sentarse”. A su vez “hay algunos límites que no estamos dispuestos a traspasar. El tema de la ultraactividad, el convenio de jerarquía nacional y el modelo de seguridad social lo entendemos como una frontera que no se puede perforar”.