Los controladores de vuelo nucleados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) desmintieron que haya habido aviones sin combustible y en peligro durante la medida de fuerza que llevaron a cabo el viernes y sábado de la semana pasada en todo el país, y anunciaron una movilización para este miércoles a las 11 hacia el aeropuerto internacional de Ezeiza.

Según indicó a Télam el delegado de ATE-ANAC en Ezeiza, Marcelo Beleli, la manifestación se llevará adelante «sin bandera de ningún gremio y sin finalidad de desestabilizar a este gobierno».

Asimismo, si bien sostuvo que no está previsto que la protesta afecte en forma directa a los vuelos que partan desde la estación aérea internacional, el dirigente no descartó que en el marco de la concentración de mañana se resuelva una nueva media de fuerza, esta vez por 72 horas.

Recalcó Beleli que «ATE-ANAC adhiere a esta marcha, pero está integrada por todos los empleados encargados de la navegación aérea, que son controladores, operadores de oficinas de información aeronáutica, operadores de comunicaciones, técnicos de radioayudas, técnicos de radar», al tiempo que anunció que «junto con esta forma de manifestación pacífica y sin cartel ni bandera gremial se está evaluando alguna nueva medida de fuerza, la cual volvería a traer grandes demoras y cancelaciones de vuelos en todos los aeropuertos del país».

En este marco, aclaró que, aunque la movilización «se lleve a cabo en las inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza, es una convocatoria a nivel nacional», dado que lo que les sucede -afirmó- alcanza «al personal de todo el país».

En este sentido, Beleli consignó que el principal objetivo que tienen es «que sea de público conocimiento la precariedad de la situación laboral» que atraviesan, y expresó la preocupación del gremio para que, «día a día la aviación sea segura».

Incluso, denunció que «la llegada de la nueva empresa EANA es un paso previo a la privatización» y agregó: «El convenio que se firmó no va de acorde ni siquiera a lo poco que tenemos actualmente, con lo cual nos dejó sin opción y a merced de todas las presiones que ya, aún cuando todavía no tienen autoridad, nos están ejerciendo nuestros futuros jefes».

«Es muy delicado lo que nos está pasando y más aún si representa un riesgo de vida para cualquier pasajero», aseveró y negó que el conflicto sea «intergremial» porque -indicó- se trata de «un reclamo concreto en contra de la nueva empresa que, desde el 1 de agosto, va a nuclear a todos los servicios de navegación aérea, entre ellos los controladores aéreos, y en contra del convenio colectivo de trabajo firmado por la empresa y uno solo de los gremios del sector».

«Este convenio se firmó en secreto y de manera ilegal, porque debería haberse puesto a consideración de los otros 3 gremios que tienen afiliados en este ámbito (ATE, APTA y UPCN) Es un convenio que perjudica ampliamente al trabajador, que obliga a algunos trabajadores a cambiar su lugar de residencia o perder su trabajo, entre muchos otros perjuicios», explicó.