El reciente aumento en los combustibles, fijado por el Gobierno nacional, tendrá un impacto negativo, entre otros sectores, en el campo.

Al respecto, y según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, si se consideran sólo la producción de granos y el transporte, el campo deberá afrontar un adicional de $ 2.426 millones o su equivalente en dólares de 154 millones.

Para la entidad rosarina, en el ciclo 2015/2016 la cadena granaria destinó para el combustible $ 30.331 millones.

Julio Calzada, quien es analista de la Bolsa local, indicó que este aumento «se puede pagar», pero alertó que el tema es «cómo sigue después», en relación a las casi seguras futuras subas.

Y alertó que el agro puede perder rentabilidad si hay aumentos en otros costos y no hay una mejora en los precios de los granos, por ejemplo.

Además, en el sector de la producción temen que los incrementos en el gasoil lleven a renegociar tarifas con los prestadores del servicio de transporte de granos.

Prestadores de servicios

En sintonía con ese pronóstico, los contratistas que prestan el servicio de cosecha avisan que modificarán sus listas de precios de cara a la próxima recolección de los cultivos de soja y maíz.

Jorge Scoppa, titular de la Federación que agrupa a contratistas de máquinas agrícolas, expresó que “con una economía medianamente estabilizada, el combustible es algo que no tendría que haber aumentado”. Y se mostró preocupado, además, por “todos los aumentos que van a venir atrás de esto, como fletes y repuestos».

Aclaró también que, frente al nuevo costo del combustible, se verán obligados a modificar las listas de precios de sus prestaciones y que deberán hacer un replanteo de los mismos. Según representantes de ese sector, el 26% de su costo se lo lleva el gasoil. Sus máquinas tienen un gran consumo. En plena cosecha, una máquina de gran porte consume de 500 a 700 litros por día.

Posición de CRA

En tanto, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, señaló que el aumento impactará sobre la actividad del sector, desde los costos de implantación de los cultivos, los fletes y sus economías regionales. «Nuestros productos no están en los mejores precios y esto nos impacta. Hoy, Uruguay tiene un precio igual o menor en gasoil y en Brasil está más barato que en la Argentina», dijo Chiesa.