Autoridades de Estados Unidos y Corea del Sur advierten desde hace algunas semanas que Corea del Norte podría realizar pronto su séptima prueba nuclear. Durante las últimas horas de este miércoles Kim Jong-un ordenó disparar tres misiles.
Según el secretario general de la organización global, António Guterres, "representa una etapa importante enel camino hacia un mundo exento de armas nucleares y da fe del apoyo resuelto que provocan las iniciativas multilaterales de desarme nuclear".
Las bombas cayeron en ambas ciudades el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente. El total de muertos directos e indirectos por la primera de ellas se estima en unos 140.000, mientras que en la segunda fueron aproximadamente unas 50.000 personas las fallecidas.
A un nuevo aniversario de la barbarie ocurrida 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, el recuerdo de aquel infierno constituye una advertencia imborrable sobre el peligro que enfrenta la humanidad cuando utiliza la energía nuclear con fines no pacíficos.
El 6 de agosto de 1945, fiesta de la Transfiguración, cuatro sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron a la catástrofe que ocasionó la bomba "Little Boy"
Tras su quinto ensayo nuclear del viernes, al que Washington, Tokio y Seúl quieren responder con contundencia, este domingo Pyongyang rechazó las protestas internacionales y reivindicó su derecho.
El ensayo, que provocó un sismo artificial de magnitud 5,3, se realizó en la madrugada de la península, cerca de la base de Punggye-ri, situada en el noreste del país.
La bomba de Hiroshima causó una deflagración que subió la temperatura en el suelo a 4.000 grados. "Little Boy" provocó el mismo día y las semanas siguientes 140.000 muertos.
"Hace 71 años, la muerte cayó del cielo", recordó Obama, en medio de un impresionante silencio, ante el memorial de las víctimas en Hiroshima.
Washington lanzó la bomba a las 8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, a la que le seguiría tres días después la caída de un segundo artefacto en la ciudad de Nagasaki.
Benjamín Netanhayu se opuso a las negociaciones que Estados Unidos realiza con Irán, en clara intromisión en la política externa de Washington, justo en la misma casa del presidente yanqui.