El norte de Argentina, Paraguay y sur de Brasil se encuentran afectados por el fenómeno de El Niño, que provocará, al menos hasta marzo próximo, más lluvias de lo normal, generando un aumento en los niveles del río Paraná.
Expertos en meteorología adelantaron a Conclusión que este verano tendrá temperaturas normales pero, dada la elevada humedad causada por las lluvias, las sensaciones térmicas podrían ser altas. Sin embargo, podría haber tormentas con cierta frecuencia -algunas bastantes fuertes- las cuales cortarían con las olas de calor.
Según especialistas, indicaron que los pronósticos prevén un trimestre con precipitaciones entre normales a superiores a las normales y temperaturas medias más cálidas para el NEA y la Región Pampeana, en línea con la evolución del fenómeno climático de El Niño.
Tras la sequía de este año, se vislumbra un 2024 con mayor producción. Las lluvias llegaron de la mano de El Niño, que se mantendrá hasta el verano, favoreciendo la producción agrícola.
Canículas, sequías, inundaciones o incendios azotaron durante ese verano boreal Asia, Europa y América del Norte, en proporciones dramáticas y a veces inéditas, con pérdidas de vidas humanas. El hemisferio sur, con récords de calor en pleno invierno austral, también se vio afectado.
El Servicio Meteorológico Nacional declaró oficialmente la presencia del fenómeno climatológico en la región, que afectará a la temperatura y el clima en general del país, con mayor presencia de lluvias y temperaturas más altas.
La Bolsa de Comercio de Rosario apuntó que el fenómeno del Niño podría ser más intenso de lo esperado, oscilando entre moderado y fuerte. Las mayores probabilidades de reactivación de lluvias están dadas para octubre, mientras que aún hay incertidumbre sobre lo que pasará en septiembre.
Según la Organización Meteorológica Mundial, el calentamiento de las superficies del agua del océano Pacífico traerá condiciones meteorológicas extremas, lluvias tropicales y sequías graves.
El fenómeno climático tiende a moderar la actividad de huracanes en el Atlántico, pero los favorece en el Pacífico.
Se trata de un fenómeno climático natural generalmente asociado a un aumento de las temperaturas, una sequía creciente en algunas partes del mundo y fuertes lluvias en otras.
Según previsiones del Instituto Nacional del Agua (INA), la semana que viene se prevé que la altura promedio del Paraná sea de 3.28 metros, mientras que en los primeros días de abril ascendería a 3.42 metros. El nivel promedio para el mes de marzo es de 3.5 metros.
Investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas describieron por primera vez el efecto del cambio climático sobre las posibilidades de subsistencia de esta especie.