Alejarse del hogar. Decidir perseguir un sueño. Buscar inspiración, formación o un espacio para desarrollar lo que uno necesita expresar. Esa es la historia de muchos argentinos, de muchos artistas, y especialmente, en este caso, es la historia de Masi García.
Con una formación de lo más clásico de nuestro rock, con dos guitarras bien al frente, bajo y batería, la banda se caracteriza por un sonido que remite a aquellas canciones de los 80' y 90' sin perder modernidad, manteniendo una armonía en el sonido que los hace ideales a la hora de generar atmósferas musicales y sonidos poderosos.
Los originales ritmos que hoy resuenan cada vez con más fuerza en la escena rosarina, ellos supieron comenzar a crearlos a principios de los 2000, cargando con una base de las distintas bandas de las que sus integrantes supieron formar parteen los 90'.
La Balsa es, sin lugar a dudas, la canción fundacional de nuestro rock argentino. Las manos encargadas de inmortalizar aquel riff y aquel solo con el órgano Farfisa serían las del gran rosarino Ciro Fogliatta, encargado previamente de dar inicio a los Wild Cats, piedra fundacional de Los Gatos y Los Gatos Salvajes. La música lo vuelve a traer a su ciudad.
Una de las mejores propuestas independientes de la escena rosarina, apela a lo visual como un recurso primordial, desde sus trajes hasta sus puestas en escena, marcando una presencia inconfundible, a la vez que capturan con sus ritmos e inyectan la música en todos los que lo escuchan.
Un power-trío de rock que hace honor a todas las letras de esa denominación. El sonido en vivo y en los discos de Tamadre es aplanador, y esa potencia es la que los ha llevado a tener el crecimiento obtenido en los últimos años y el excelente 2017 que transitaron.
Con una estética original, que los atraviesa hasta en lo musical y define a una banda poco encasillable, este joven grupo comienza a hacer conocer su ritmo en el ambiente y a paso firme.
Con el espíritu de Roberto Grela, Horacio Salgán y Anibal Troilo presentes, este trío de fabulosos músicos demuestran su virtuosismo con la guitarra al tiempo que rescatan uno de los géneros más hermosos de nuestro país: el tango.
Posthip-hop apocalíptico. Psicorap digital de garage. Así se definen ellas, un grupo de cuatro artistas que pasaron de romperla en sus distintas bandas a formar este proyecto que, si hay algo que le sobra, es actitud y un estilo bien propio.
Con ocho años de trayectoria, la banda nacida en barrio Saladillo que mezcla géneros como el funk, rock y hip hop demuestra un gran crecimiento a cada paso que da, mientras tiran versos que reflejan la realidad en la que viven.