Decenas de civiles murieron este viernes en las zonas rebeldes asediadas de Guta Oriental, de donde los habitantes continúan huyendo ante la devastadora ofensiva del régimen sirio y de su aliado ruso para reconquistar esta región cercana a Damasco.
Lo confirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y data desde que la guerra estalló en marzo de 2011 durante las manifestaciones contra el régimen del presidente Bashar Asad.
El Ejército y sus aliados tomaron hoy el control de esa zona de la ciudad, centro neurálgico del prolongado conflicto en el país árabe.
Aviones rusos y sirios bombardean diariamente la ciudad, en las últimas 24 horas dejaron un saldo de 60 muertos y centenares de heridos. Por otra parte, 82 habitantes de los barrios controlados por el gobierno perdieron la vida por disparos rebeldes.
Ban Ki-moon, expuso de forma brutal la gravedad de la situación: "la tragedia siria nos avergüenza a todos", dijo, a causa del "fracaso colectivo de la comunidad internacional".
Anunció que brindará "todo tipo de apoyo" a una operación de rebeldes sirios desde su territorio contra el grupo yihadista.
La masacre sucedió en un mercado de la ciudad de Idleb, en una región al noroeste del país controlada por Al Qaeda y sus aliados.
En uno de los perores ataques con explosivos desde el inicio de la guerra civil, el Estado Islámico golpeo a la zona costera de Siria que está bajo control del gobierno. Hay además unos 200 heridos.
Al menos 87 personas murieron el domingo en Siria en una serie de atentados, en tanto Estados Unidos anunció un acuerdo provisional con Rusia sobre los términos de un alto el fuego.
La región está ocupada por milicias del EI (Estado Islámico). Según el último recuento publicado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, entre las las víctimas hay seis menores y dos mujeres.