Según el Ministerio de Defensa azerbaiyano, las fuerzas armadas armenias deben abandonar el territorio en disputa y las fuerzas separatistas deben disolverse, mientras que "todas las armas y el equipo pesado" deben ser entregados.
La operación fue tomada después de que seis azerbaiyanos murieran al explotar unas minas en ese territorio controlado por separatistas armenios. El ataque fue realizado con armas de “alta precisión”.
En el este del país, milicias ucranianas que pelean junto al Ejército ruso anunciaron la toma de dos localidades a las puertas de una ciudad industrial que Moscú y los separatistas intentan tomar desde agosto.
Entre los sancionados se encuentran el vicepresidente de la Asamblea Legislativa de Taiwán, Tsai Chi-Chang, activistas y otros miembros del Partido Progresista Democrático que gobierna la isla autónoma.
"Estamos listos para crear un vasto espacio para la reunificación pacífica, pero no dejaremos lugar para actividades separatistas de ninguna forma", señaló la cancillería china.
El gobernador de la provincia de Lugansk, en la que está asentada Severodonetsk, dijo que “la situación es ultracomplicada” y que “una parte” de la misma “está controlada por los rusos”. Las fuerzas rusas ya apuntan su mirada hacia Sloviansk y Kramatorsk.
El trabajador de prensa es Frederick Leclerc-Imhoff que llevaba adelante su tarea en la cadena francesa BFM TV y se encontraba en el interior de un vehículo que “se disponía a evacuar a una decena de personas en un área bajo fuego enemigo”.
Las fuerzas rusas y sus aliados separatistas prorrusos de Ucrania se comprometen a "cesar de manera unilateral las hostilidades a las 14 hora de Moscú (las 8 de la Argentina)", declaró el ministerio ruso de Defensa en un comunicado.
"Continuamos las negociaciones por videoconferencia. Nuestras posiciones sobre Crimea y el Donbass no cambiaron", indicó el negociador en jefe del Kremlin, Vladimir Medinski en Telegram.
"Rusia ha demostrado que con todo el costo que implican las sanciones, es capaz de minimizar el perjuicio que causan", afirmó la diplomacia rusa, y afirmó que la presión de estas medidas punitivas "no puede influenciar la voluntad de Rusia de defender firmemente sus intereses".
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que Occidente reaccionó de un "modo esperado" y que son “los que durante los últimos decenios se acostumbraron a atribuir a Rusia todas las desgracias y culparla de todo".
La delegación ucraniana subrayó que las discusiones fueron "constructivas" y que "las consultas proseguirán", en tanto, Moscú culpó a Kiev de haber "bloqueado sus propuestas sobre mecanismos para prevenir violaciones a la tregua".