La mayor preocupación expresada por quienes llegaron a hacer filas que superaban una cuadra de cola era que los productos aumenten con fuerza luego de los comicios.
Si bien sufrió una contracción interanual, el Índice de Consumo volvió a valores positivos en septiembre y, en paralelo, la economía argentina mejoró levemente su desempeño.
La vocera de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), Nerina Díaz Carballo, dijo que en el Día de la Madre lo que más se vendió fueron prendas de vestir y calzado, al tiempo que adelantó que las expectativas del sector están puestas en las ventas navideñas. Aseguró además que durante este finde largo el gasto promedio por día fue de $22.000 por persona.
Desde Came revelaron que el ticket promedio de venta fue de $20.529. Cuatro de los seis sectores relevados registraron caídas interanuales en sus ventas, relevó la asociación.
La consultora Focus Market indicó que los mayores aumentos se registraron en la ropa –los jeans llegaron a aumentar 235%– y en los perfumes, particularmente los importados.
Dos de los sectores más afectados en el mes fueron Alimentos y Bebidas, con una contracción de 8,1 por ciento anual y Farmacias con una contracción del 12,3 por ciento.
Se trata de una iniciativa presentada por la diputada nacional del Frente de Todos (FDT), Constanza Alonso, oriunda de la localidad bonaerense de Chivilcoy, uno de los polos de fabricación de zapatillas y zapatos.
Producto de la imparable suba de precios, sumado a la devaluación producida a mediados de agosto, el consumo en Argentina dio una clara señal de alerta: ya no solamente mermó la compra de productos secundarios, sino que además cayeron las ventas de insumos básicos, como alimentos y bebidas.
Esta nueva dinámica, si bien no replica los volúmenes exhibidos en las ediciones previas, se da a partir de una mejora en el precio ofrecido por los exportadores por un incremento en el tipo de cambio.
Las cifras en el mes de agosto fueron comparadas con el mismo período del año pasado. Los comerciantes céntricos indicaron que a la inflación y devaluación, se le suma la especulación de los formadores de precios.
Muchos consumidores decidieron stockearse de alimentos a modo de inversión, para adelantarse a futuros aumentos de precios. Las compras estuvieron lideradas por productos que están atados al dólar –como latas de atún o frascos de café– hasta fideos, arroz, aceite, azúcar, yerba y harinas.
El comercio entre los dos países cayó un 1,2% con respecto a julio pasado, debido a la baja de las importaciones en un 10,6%, pese al incremento de las exportaciones en un 14%.