Cocinar a la sal es uno de los métodos de cocción antiguos que además resulta muy sano. Este tipo de cocción conserva los nutrientes del ingrediente que se cocina y a diferencia de lo que pueda parecer, cocinar a la sal no proporciona un plato muy salado, el pescado, la carne o lo que se desee cocinar a la sal, absorberá la cantidad justa y necesaria de este condimento.

También es un método de cocción muy favorable para distintos tipos de dieta porque no hace necesaria la inclusión de grasas, los alimentos se cocinan en su propio jugo y sumamos a esto que la sal absorbe las grasas, ofreciendo como resultado un plato muy jugoso, sabroso y ligero.

La cocina a la sal está vinculada a la zona mediterránea y en general a las zonas en las que las salinas marinas abundan. Hay distintas formas de crear esa costra de sal que envolverá el alimento.

Para este método de cocción se utiliza sal gruesa, la podemos aromatizar con hierbas y especias, también da un toque especial si le añades un poco de sal ahumada.

Ingredientes:

  • 1 Pollo entero
  • 1 vaso de vino de jerez
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 4 kilos de sal gruesa
  • 2 dientes de ajo

Preparación:

En una fuente apta para el horno añadimos los ajos machacados, pimienta, y un poco de sal en el fondo.

Colocamos el pollo entero encima de la sal, ponemos el jerez seco por encima del pollo y dos cucharadas de aceite. Vertemos el resto de la sal sobre el pollo, hasta formar una costra.

Cubrimos el pollo y la costra de sal con papel de aluminio y horneamos durante 1 hora y 20 minutos a 180 grados. Terminado el tiempo dejar reposar unos 10 minutos en el horno.

A la hora de servir, rompemos la costra que habrá formado la sal, que adquiere una consistencia como de arena húmeda.

Al contrario de lo que parece este pollo a la sal no está muy salado, la sal actúa como una pantalla para cocinar el alimento pero no lo impregna de mucho sabor salado.

Se lo puede acompañar con lo que desean, yo recomiendo una buena ensalada de tomates y huevos.