Los dirigentes de las tres CGT, de los gremios del transporte y del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) coincidieron hoy en «la necesaria unidad de acción» del movimiento obrero y decidieron marcha unidos en abril. La fecha se fijará en los próximos días, a la vez que se proponen recolectar un millón de firmas para presentar en el Congreso para exigir cambios en el Impuesto a las Ganancias y que se dicte la emergencia ocupacional, según informó esta noche el líder de la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia.

El dirigente, integrante del MASA, explicó que los sindicalistas de todos los espacios coincidieron en plasmar «la unidad de acción» y determinaron la recolección de un millón de firmas para presentar en el Congreso a fin de demandar cambios en el Impuesto a las Ganancias y que se dicte la emergencia ocupacional.

Sasia también sostuvo que los gremialistas convinieron continuar «las reuniones periódicas para alcanzar la ansiada reunificación de la CGT» y subrayó que en esos próximos encuentros se analizará la posibilidad de convocar a una gran movilización hacia el Congreso para el día que se entregue el millón de firmas.

El jefe gremial ratificó la necesidad de pulir una agenda de propuestas y reclamos, como «la realidad de la inflación y el aumento del valor de la canasta básica, los despidos en los sectores privado y público, el trabajo no registrado, el impulso a campañas de control de los formadores de precios y el acceso escalonado jubilatorio al 82 por ciento móvil».

Otras fuentes gremiales aseveraron que un sector sindical propuso comenzar a analizar la convocatoria a un Congreso reunificador en agosto próximo, en tanto la totalidad de los protagonistas condenaron el proceso inflacionario y la política desmedida de importaciones, que genera problemas a textiles y metalmecánicos».

Los dirigentes también respaldaron el debate en torno de una agenda de propuestas y reclamos -que elevó el MASA-, en tanto Sasia desmintió que ese sector no vaya a proponer nombres para la CGT, sino que «simplemente no lo hizo hoy, en la primera reunión».

Los dirigentes dieron hoy otro paso hacia la reunificación de la central obrera en una única Confederación, rechazaron «los despidos en los ámbitos público y privado» y el decreto de modificaciones al Impuesto a las Ganancias sobre los salarios.

Los jefes sindicales de las CGT Azopardo, Alsina y Azul y Blanca -Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, respectivamente-; dirigentes de la estratégica Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) como Juan Carlos Schmid y líderes del MASA como Sasia se pronunciaron otra vez por «la necesaria unidad del movimiento sindical» y rechazaron el decreto de impuesto a las ganancias.

Moyano aseguró de forma previa al inicio de las deliberaciones en la sede nacional de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), en Moreno al 1300, que «el presidente Mauricio Macri no debe apelar a los técnicos para resolver el problema de ganancias porque esa sola opción no puede terminar bien», y explicó que precisamente «eso ocurrió en el Congreso de la Nación».

Moyano rechazó los despidos en los ámbitos público y privado y se pronunció a favor del dictado de la emergencia ocupacional, en tanto Barrionuevo, Caló y Schmid coincidieron en la necesidad de modificar las alí­cuotas del tributo «de forma urgente» o eliminar el impuesto, cumpliendo «el compromiso electoral de Macri».

Los sindicalistas aseguraron que «hay recesión e inflación descontrolada y se desconoce aún el rumbo económico del país», a la vez que Schmid aseveró que la CATT renovará sus autoridades en mayo próximo y, en ese Congreso, podría decidir protestas «si no cambia en breve la actual situación de trabajadores y jubilados».

A su turno, el secretario general de la Asociación Bancaria (AB), Sergio Palazzo, subrayó que «la unidad gremial hace mucha falta» y consideró que el revés parlamentario respecto de la modificación oficial de ganancias fue «la crónica de una muerte anunciada».

El dirigente afirmó que la iniciativa para modificar ese impuesto -rechazada ayer por la oposición en el Senado- fue «la crónica de una muerte anunciada, porque no habí­a sector polí­tico que sostuviese el decreto, ya que la supuesta mejora se diluye con la paritaria y, además, incorpora a más trabajadores al tributo».

Barrionuevo, también titular del gremio gastronómico, adelantó que reclamará para la actividad un bono que compense «el 7 por ciento del poder adquisitivo perdido en estos meses» y dijo que «en diciembre, enero y febrero hubo aumentos tarifarios y de alimentos sin paritarias, por lo que el salario no genera la inflación».

El líder gastronómico expresó su «total conformidad» con el rechazo parlamentario del proyecto de modificación de ganancias, que «incorporó a 300.000 nuevos jubilados, además de los activos».

«No se si el gobierno está enterado que las cosas están mal, aunque es cierto que no le dejaron una panacea.

Pero no puede derivar más plata a quienes más tienen», afirmó el dirigente, quien no descartó una marcha hacia el Congreso en el momento que los legisladores analicen el proyecto de cambios en ganancias.

El titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), Gerónimo Venegas, adelantó que «si continúan los despidos el tema se analizará en la CGT y se planteará otra vez ante el presidente Macri», y consideró que «las economí­as regionales estaban paralizadas y ahora se están reactivando».