«Las divisiones destruyen la Iglesia y el diablo ataca la raíz de la unidad, o sea la celebración eucarística», lo indicó este lunes el papa Francisco en la misa matutina en la Casa Santa Marta en el día en que la Iglesia recuerda el nombre de María.

Francisco, comentando la carta de San Pablo a los Corintios, señala que el apóstol reiteró: “El diablo tiene dos armas potentísimas para destruir a la Iglesia: las divisiones y el dinero”. Y esto, aseguró Francisco, «sucedió desde el principio cuando divisiones ideológicas, teológicas laceraban a la Iglesia. Porque el diablo siembra celos, ambiciones, ideas, para dividir y es una guerra sucia la de las divisiones”. Y reiteró que hacer chismorreos en las comunidades es “tirar una bomba, destruir y quedarse”, porque así falta el bálsamo de la unidad.

San Pablo en la ciudad de Corinto advierte, porque las divisiones llegaban a la raíz de la unidad que es la celebración eucarística, porque se producían divisiones entre ricos y pobres, justamente durante la misa.

«San Pablo habla de las divisiones entre los Corintios, hace 2000 años… Y esto nos lo puede decir Pablo también a nosotros y a la Iglesia de hoy”, ha señalado Francisco.

El Pontífice concluyó invitando a pedir la unidad de la Iglesia, para que no existan divisiones. «Y la unidad en la raíz de la Iglesia, que es el propio sacrificio de Cristo, que cada día celebramos”.

En la misa estaba también Monseñor Arturo Antonio Szymanski Ramírez, arzobispo emérito de San Luis de Potosí, México y al inicio de la homilía, Francisco lo citó recordando su participación al Concilio Vaticano II.