El Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, declararon este martes la “emergencia ígnea en todo el territorio nacional” por un año, en función del riesgo extremo de incendios de bosques, humedales y pastizales, mientras más de 200 brigadistas y una docena de aviones y helicópteros trabajan para controlar los incendios en la Patagonia.

El secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, consideró que hay “un escenario que puede tender a repetirse de manera recurrente en el tiempo, es decir, un periodo de sequías prolongadas, de corrimiento de las temporadas secas en cada estación y de temporadas sin lluvias”.

“Muy probablemente, como resultado del cambio climático, puedan presentarse temporadas de fuego a lo largo de todo el año, situación que implica un abordaje muy diferente al que veníamos teniendo hasta ahora”, advirtió.

En este contexto, el funcionario explicó: “Será necesario trabajar con un énfasis diferente y más profundo en las políticas de prevención. Las políticas del combate contra el fuego en situaciones climática adversas y con tanto material combustible en el suelo, resultan ineficientes más allá de todos los recursos a disposición que se pongan”.

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Y agregó que “la necesidad de trabajar en la prevención es esencial, entendiendo por esta acción la reducción de las condiciones que favorecen la llegada y la posterior propagación de los incendios una vez que la temporada de fuego ya está lanzada”.

Respecto a la tarea realizada desde el Estado, Federovisky dijo que se hizo “un esfuerzo colosal en materia institucional para recuperar el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) para el Ministerio de Ambiente y para dotar a ese sistema de los recursos económicos que jamás tuvo ni tendría mediante los mecanismos habituales de presupuesto oficial”.

“La declaración de la emergencia ígnea es importante porque estamos ante una situación que necesita obligatoriamente de una coordinación de esfuerzos y una conjugación de voluntades para poder enfrentar un panorama muy adverso; la temporada que viene en la Patagonia es complejísima”, finalizó el secretario.

Mientras tanto, en la Patagonia más de 200 brigadistas y una docena de medios aéreos trabajaban para controlar los incendios en zonas del Parque Nacional Nahuel Huapi, la Comarca Andina y Aluminé, con el foco “más complejo” ubicado en los lagos Martin y Steffen, cerca de Bariloche. Además, hay focos activos en siete provincias, entre ellas Santa Fe.

“Siempre es preocupante que haya incendios y estamos en un momento desde el punto de vista climático muy adverso por una sequía muy pronunciada y extendida a lo largo del territorio”, dijo Federovisky, quien atribuyó a esa situación “que en esta época tengamos una proliferación de incendios en distintas áreas que no es lo habitual para esta temporada”.

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Argentina en llamas

A los focos ígneos de Río Negro, Neuquén y Chubut, se suman incendios en Santa Fe, San Luis, Formosa y Misiones.

Al respecto, Federovisky se refirió a los incendios próximos a las ciudades de Santa Fe y Rosario que afectan zonas de islas, la costa de ríos y bañados, y descampados.

“Tenemos ahí todavía una persistencia muy importante”, señaló, e indicó que las causas son derivadas de “la sequía extrema, la bajante del Río Paraná y la aparición de inescrupulosos que utilizan el fuego en una circunstancia que no debieran utilizarlo”.

En este sentido, aseguró que “la mayor parte de ellos son intencionales y son iniciados por quienes quieren sacar provecho de la situación de sequía para quemar sus pastizales o provocar un avance de la frontera agropecuaria”.

En tanto, el director de Protección Civil de Santa Fe, Roberto Rioja, informó que habrá “tres o cuatro días muy complicados, con altas temperaturas”, y añadió: “Se está tratando de aumentar brigadistas, bomberos voluntarios y móviles para hacer frente a estos incendios”.

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Sin embargo, la peor situación en cuanto a incendios forestales se da en el sur del país, donde el foco “más complejo” es el de los lagos Martin y Steffen en el departamento de Bariloche, que “todavía no ha podido ser controlado ni direccionado”, por lo que presenta “un grado de dificultad muy alto”, precisó Federovisky.

“Los otros dos, el de Aluminé y la Comarca, en Lago Puelo, están relativamente contenidos”, añadió.

En Río Negro se encuentra la directora de operaciones del SNMF, Lorena Ojeda, y el coordinador de la Regional Patagonia, Ariel Amthauer; junto a 133 brigadistas nacionales, tres aviones y tres helicópteros del organismo.

En tanto en Neuquén están trabajando en conjunto 80 brigadistas nacionales del SNMF y de la Administración de Parques Nacionales con al apoyo aéreo de cuatro aviones hidrantes y cuatro helicópteros con helibalde.

“Tenemos más de 200 brigadistas trabajando, por lo tanto tenemos los recursos suficientes pero las condiciones para operar son muy malas y esto hace muy difícil atacar el fuego por aire principalmente por el humo que hace bastante complejo poder volar”, explicó Federovisky.

Respecto a las orígenes de estos incendios, el viceministro detalló que “fueron iniciados durante tormentas eléctricas sin precipitaciones, es decir rayos que cayeron sobre áreas de forestación nativa y produjeron las primeras chispas a través de las cuales después se propagó el incendio”.

“La condición de sequía hace que hoy todo arda con una facilidad notable. Por suerte hasta el momento la mayor parte de los incendios no han sido intencionales”, subrayó.

En cuanto al peligro para poblaciones cerca de los focos activos, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental indicó que “se evacuó preventivamente a un puñado de habitantes de comunidades mapuches, pero no fue necesario más porque no hay por el momento amenaza a zonas urbanas”.

Los incendios forestales traen aparejada la inevitable pérdida de bosque nativo y biodiversidad, lo que representa una amenaza para la riqueza forestal, la flora y la fauna, perturbando la ecología y el ambiente en general.

Federovisky aconsejó que de cara a una Patagonia “repleta de turistas y con una situación climática desfavorable hay que pedir que no hagan fuego”.

“Y si es absolutamente imprescindible, debe hacerse en las áreas únicamente habilitadas y tomar el recaudo de apagar hasta la última chispa”, concluyó.

En el norte del país, la localidad formoseña de Pilcomayo vive una situación similar con los incendios de pastizales favorecidos por “las altísimas temperaturas”, describió Federovisky.

También en Misiones, un incendio en la reserva del Zaimán avanzó esta madrugada sobre unas viviendas ubicadas en las afueras de la ciudad de Posadas y cubrió de humo gran parte de la ciudad capital hasta que pudo ser controlado por los bomberos, mientras que el Gobierno provincial advirtió sobre “el índice de peligrosidad” de que se generen nuevos focos por las altas temperaturas, la falta de lluvias y el viento que afectan la región.

La séptima provincia con focos ígneos es San Luis, con el fuego en la zona de Junín, según el reporte diario de SNMF.