La cruenta guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que lleva más de cuatro meses, ha dejado un saldo devastador según el Ministerio de Sanidad de la Franja. Con más de 24,000 palestinos muertos y 61,830 heridos desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, la situación se torna cada vez más crítica.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó su oposición a la creación de un Estado palestino tras el fin de las hostilidades, chocando con la postura de Estados Unidos y otros países occidentales que ven esta medida como una solución al conflicto palestino-israelí.

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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió una advertencia contundente, describiendo la situación en Gaza como «al borde del colapso». Más de 1.9 millones de personas han sido desplazadas debido a la ofensiva, lo que agrava una crisis humanitaria ya desgarradora.

Mientras tanto, en el mar Rojo, los rebeldes hutíes de Yemen continúan atacando buques, generando represalias por parte de Estados Unidos, que bombardea posiciones de este grupo respaldado por Irán. La escalada de la violencia se ha extendido a Pakistán, que ha respondido con bombardeos a objetivos en Irán, después de que las fuerzas iraníes atacaran objetivos de un grupo armado dentro de Pakistán.

La región enfrenta una espiral de conflictos que amenaza con desestabilizar aún más el delicado equilibrio geopolítico. La comunidad internacional observa con preocupación, y la urgencia de encontrar soluciones pacíficas.