Los Guardianes de la Revolución de Irán informaron el lunes que lanzaron misiles a objetivos «terroristas» en Siria e Irak en respuesta a los dos ataques suicidas con bombas de comienzos del mes que dejaron cerca de un centenar de muertos y fueron reivindicados por Estado islámico (EI).

«Elementos de los Guardianes de la Revolución identificaron lugares de reunión de comandos y elementos relacionados con los recientes ataques terroristas, en particular del EI, en territorios ocupados de Siria y los destruyeron con misiles balísticos», indicó el sitio web Sepah de los Guardianes.

Añadió que los ataques fueron en «respuesta a los recientes crímenes de grupos terroristas que injustamente martirizaron a un grupo de nuestros queridos compatriotas en Kerman y Rask».

Antes, los Guardianes de la Revolución iraníes anunciaron que atacaron con misiles a «grupos terroristas» en la ciudad del kurdistán iraquí de Erbil, según indicaron medios estatales citados por la agencia AFP.

«Los Guardianes de la Revolución islámica anunciaron la destrucción con misiles balísticos de un cuartel general de espionaje y de grupos terroristas antiiraníes congregados en algunas partes de la región», afirmó la agencia oficial IRNA.

El 3 de este mes, atacantes suicidas se hicieron explotar, en la sureña ciudad de Kerman, cerca de la tumba del general Qasem Soleimani, responsable de las operaciones militares iraníes en Oriente Medio y asesinado por Estados Unidos en Irak el 3 de enero de 2020.

El ataque, reivindicado por el EI, mató a 91 personas y dejó a otras muchas heridas. Fueron dos explosiones con un intervalo de 15 minutos.

El ministerio de Inteligencia de Irán dijo que uno de los atacantes suicidas era un ciudadano tayiko, pero señaló que no conocía la identidad del otro.

Las bombas estallaron cuando una multitud conmemoraba el cuarto aniversario de la muerte de Soleimani.

La organización yihadista indicó en sus canales de la red de mensajería Telegram que dos de sus miembros «activaron su cinturón de explosivos» en medio de «una gran multitud de apóstatas, cerca de la tumba de su líder».

El Ministerio de Inteligencia iraní informó días después de la detención de más de once miembros de la red de «apoyo de la célula terrorista» en seis provincias, así como de dos individuos que ofrecieron alojamiento a los dos kamikazes en los alrededores de Kerman.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una «dura respuesta» y otros dirigentes iraníes señalaron a Israel y Estados Unidos como responsables.

Y el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, prometió «venganza» a manos de las «poderosas» Fuerzas Armadas de su país.