En un giro para la política tradicional de Estados Unidos hacia el conflicto israelí-palestino, el presidente Donald Trump, aseguró hoy que puede «aceptar cualquiera de las dos soluciones: un Estado o dos Estados», tras recibir en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Hasta ahora la posición del gobierno estadounidense había sido defender un futuro acuerdo de paz que garantice la futura convivencia del Estado israelí con un flamante Estado palestino. Trump evitó tomar posición y simplemente afirmó que puede «aceptar la que acepten Bibi (apodo del premier Netanyahu) y los líderes palestinos».

Trump, además, se desligó de cualquier futuro rol como mediador -como ejecutaron muchos de sus antecesores en la Casa Blanca- y defendió una «negociación directa» entre su invitado y el gobierno palestino, al tiempo que pidió que «ambas partes hagan concesiones».

En particular, a Israel le pidió que «se contenga un poquito (la expansión) de los asentamientos» judíos en los territorios palestinos ocupados. Durante las últimas semanas, Israel aprobó la ampliación de diferentes colonias en Cisjordania, a partir de la autorización para construir algo más de 3.000 nuevas viviendas.

A Palestina, en cambio, le reclamó que «abandone el odio que enseña contra Israel», en una conferencia de prensa conjunta, citada por la agencia de noticias EFE.

Finalmente, Trump volvió a ratificar su promesa de mover la embajada estadounidense de Tel Aviv -donde se encuentran todas las sedes diplomáticas internacionales- a Jerusalén, una ciudad disputada con los palestinos.

«Nos gustaría ver que eso suceda, estamos trabajando con mucho cuidado, veremos qué pasa», respondió Trump sin entregar un compromiso concreto.

A su lado, Netanyahu evitó responder si dejó de apoyar la solución de dos Estados y se limitó a detallar lo que calificó como los «dos principales prerrequisitos para la paz».

«Primero, los palestinos deben aceptar el Estado de Israel. Segundo, en cualquier futuro acuerdo de paz, Israel debe mantener el control de seguridad de toda la área al oeste del río Jordan», explicó, en referencia a todo el territorio de Cisjordania, hoy considerado por la ONU y la mayoría de los países del mundo -entre ellos Argentina- como una región palestina ocupada por Israel desde 1967.

Cuando le volvieron a preguntar a Netanyahu, si ya no acepta la solución de dos Estados, el premier respondió.

«Si quieren hablar de etiquetas, háganlo; yo hablo de contenido», sentenció.