El primer barco con 20.000 toneladas métricas de fertilizantes donados por Rusia zarpó desde Países Bajos rumbo a Malaui, como parte de una operación coordinada con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), anunció este martes la ONU.

En un comunicado, el organismo internacional afirmó que da «la bienvenida» a esta operación que servirá para «aliviar las necesidades humanitarias y prevenir una pérdida catastrófica de cultivos en África», que se encuentra en este momento en plena estación de siembra, según informó la agencia de noticias AFP.

El texto detalla que la embarcación «MV Greenwich», alquilada por el PMA, transporta el primer contingente de fertilizantes, parte de una donación de 260.000 toneladas realizada por Rusia, que estaba retenida en puertos y almacenes europeos.

Si bien los productos agrícolas y los fertilizantes no están sujetos a las sanciones contra Rusia, impuestas por las potencias occidentales a raíz de la invasión a Ucrania que empezó el 24 de febrero pasado, debido a los altos riesgos del conflicto en el Mar Negro, los armadores no aceptaban contratar sus barcos por falta de seguridad.

Esta donación es parte del acuerdo firmado en Estambul el 22 de julio para hacer frente a la inseguridad alimentaria y garantizar la exportación de alimentos y fertilizantes.

Ese pacto, que se prorrogó el 17 de noviembre por cuatro meses, permitió a Ucrania exportar más de 11 millones de toneladas de cereales, 40% a países en desarrollo.

El retraso en la entrega de los fertilizantes se debe -informó recientemente una fuente de la ONU-, a la necesidad de verificar su estado.

El secretario general de la ONU, António Guterres, agradeció a Rusia, Malaui y al Gobierno neerlandés, en «estrecha coordinación» con la Unión Europea, su voluntad de permitir «este primer envío fundamental de fertilizantes mediante el PMA para la seguridad alimentaria mundial».

Más de la mitad de la población mundial depende de productos agrícolas que son producidos con ayuda de fertilizantes minerales.

Desde 2019, el precio de los fertilizantes subió un 250%, según la ONU, obligando a los agricultores, en particular de los países en desarrollo, a abandonar la producción.

El aumento de los precios del gas, que llevó a Europa a suspender el 70% de su producción, y la casi ausencia de fertilizantes rusos en el mercado mundial, agravaron el precio de los alimentos.

La escasez de fertilizantes nitrogenados este año podría suponer una pérdida de producción para 2023 de 66 millones de toneladas de cultivos básicos (maíz, arroz y trigo), suficiente para alimentar a 3.600 millones de personas, casi la mitad de la humanidad, durante un mes, calcula la ONU.

«Reconectar los mercados de fertilizantes es un paso fundamental para garantizar la seguridad alimentaria mundial para 2023», asegura la organización.