Los números del empleo, que se encuentran cerca del nivel más alto de los últimos cinco años, y de una industria que creció al máximo de su capacidad instalada en ocho años, contrastan con los altos datos inflacionarios y salarios que no recuperan el poder adquisitivo perdido; así como la retracción en exportaciones por efecto de la sequía y el ajuste para alcanzar las metas impuestas por el Fondo Monetario Internacional.

En medio de una inflación por las nubes, los números de mayo podrían dar una leve baja con respecto a abril. Por su parte, la tasa del Banco Central se ubica actualmente por encima de la evolución del tipo de cambio oficial. Las exportaciones se desplomaron en abril, por el efecto sequía. Las importaciones siguen contrayéndose, al tiempo que la mayoría de las partidas de gasto siguen retrocediendo en un claro ajuste para intentar cumplir con las metas del FMI con el fin de que el organismo adelante desembolsos previo a las elecciones.

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El índice de precios de abril fue 8,4% modificando al alza las proyecciones inflacionarias del año. Sin embargo, los datos del IPC de la ciudad de Buenos Aires dieron un 7,5%, y si se confirman datos similares por parte del INDEC, las proyecciones volverían a corregirse. Los datos surgen de un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa), que estima que en la próxima medición -que el Instituto de Estadísticas y Censos publicará este miércoles- esta vez dará a la baja, ya que, a diferencia de abril, ya que en mayo no hubo fuertes tensiones cambiarias.

Empleo

Pese a observase un amesetamiento de la actividad desde mediados de 2022, el empleo mantiene su curva ascendente. Sucede lo mismo con la industria y el empleo industrial.

Los datos del primer trimestre confirman que se logró evitar la recesión técnica. En marzo, la actividad creció levemente (+0,1%) y se corrigieron al alza los datos de enero (+1%, vs. 0,3%) y febrero (+0,5% vs 0%). En febrero, trece de los catorce sectores generaron nuevos empleos privados registrados. Comercio, Industria y turismo fueron los más dinámicos.

Por su parte, la industria, en abril, mostró crecimiento por segundo mes consecutivo. Luego de la retracción sufrida desde mediados de 2022 y a pesar de las limitaciones actuales en materia cambiaria, el dato representa el nivel más alto de la serie. Acorde al leve crecimiento de actividad, la utilización de la capacidad industrial aumentó a 67,5%, siendo el mejor registro para un mes de marzo en los últimos 8 años.

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En marzo, la creación de puestos privados registrados fue de 19,3 mil y la economía argentina lleva creados casi 340 mil puestos privados registrados netos del efecto pandemia. La economía argentina se encuentra a casi 50 mil puestos del máximo registrado previo a la crisis de Cambiemos.

La evolución de los salarios registrados logró acompañar la inflación, pero no recuperaron nada de los 20 puntos perdidos entre 2015-2019. El salario no registrado tuvo peor desempeño en las últimas publicaciones.

El ancla del Fondo

En relación al acuerdo con el FMI, no se habrían cumplido las metas de la quinta revisión correspondiente a marzo, por priorizar la acumulación de reservas (a pesar de haberse modificado la meta) y por el frente fiscal. En ambos frentes no se habría alcanzado el umbral cambiado por el efecto sequía.

El Fondo, además, ha reconocido los efectos de la sequía. Sin embargo, no adelanta desembolsos del 2023 tal como pidió el Gobierno. A lo sumo se discuten las metas de reservas, pero no la fiscal (el efecto sequía se produce a la par sobre ambos frentes por lo que cumplir la meta fiscal sin modificaciones implica un ajuste feroz).

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La mayoría de las partidas de gasto siguen retrocediendo. La segmentación de tarifas, la focalización de la obra pública en el gasoducto y la suba de la inflación (que afecta a las partidas con formula indexatoria) explican el retroceso.

Según los especialistas del Cepa, la discusión que se viene será renegociar o pagar… ¿con los recursos de Vaca Muerta?

Meta fiscal

En relación al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no se habría cumplido dos metas de la revisión correspondiente a marzo, por la acumulación de reservas (a pesar de haberse modificado la meta) y por el frente fiscal. En ambos frentes no se habría alcanzado el umbral cambiado por el efecto sequía.

El Gobierno, por su parte, intentará que el FMI adelante los desembolsos y la quinta revisión, para poder adelantar el cambio de las metas que restan: la de marzo se incumplió por ARS 250 mil millones y la de junio (de mantenerse como está) será incumplida. Se incumplieron las metas fiscales y de reservas del primer trimestre, pero para los especialistas no hay certezas sobre cómo serán las del próximo trimestre.

 

Dos realidades

En Argentina -de acuerdo al centro de estudios- conviven dos tipos de economías, la real (buen desempeño en actividad industrial y en puestos de trabajo) y la economía de alta nominalidad (condicionada por inflación y con dificultades en poder adquisitivo).

En cuanto a la economía de alta nominalidad, los dólares que no se reciben por la cosecha siguen determinando la dinámica nominal con dos efectos concretos: sobre precios e imposibilidad de recuperar poder adquisitivo.

El escenario cambiario muestra una “pradera reseca”, ejemplifica al Cepa, por la recurrente restricción cambiaria, por el uso de dólares en 2020/21/22 para pagar deuda de privados y “festival de importaciones”, por el endeudamiento (el 50% de los dólares del saldo comercial 2019/2022 se explican por intereses de deuda públicos y privados) y, sobre todo, por los efectos de la sequía. Presiones cambiarias asociadas a este escenario de escasez.

Los efectos estimados de la sequía (USD 15/20 mil millones) tensionan sobre el frente cambiario. El Dólar Soja 3 finalmente estuvo en el orden de lo esperado (USD 5,1 mil millones) pero luego de su finalización, el BCRA empezó nuevamente a vender dólares.