La Argentina prevé afrontar el próximo miércoles un pago por alrededor de 1.900 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En medio de la crisis por la derrota en las elecciones primaras y los anunciados cambio de Gabinete, el gobierno de Alberto Fernández busca brindar certidumbre a la comunidad financiera internacional con esa decisión.

Los mercados aguardan con expectativa los próximos pasos del Gobierno en materia financiera, sobre todo teniendo en cuenta las diferencias entre la vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre el manejo de los recursos fiscales.

Economía ya envió al Congreso el proyecto de Presupuesto 2022, que prevé una reducción del déficit fiscal, que sería objetada por la vicepresidenta.

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Esa iniciativa también deja abierta la puerta para una suba de tarifas de electricidad y gas para achicar los subsidios, lo cual tampoco es bien visto por el kirchnerismo.

La derrota electoral del oficialismo en las PASO abrió interrogantes en los mercados sobre qué hará el gobierno en el marco de la delicada negociación con el FMI.

Para lo que queda de 2021, restan pagar al FMI casi 400 millones de dólares en intereses y otros 3.800 millones en concepto de capital, donde la mitad deberá ser abonada este 22 de septiembre. El resto se deberá afrontar el 22 de diciembre, en la víspera de Navidad.

El Gobierno prevé hacer frente a estos vencimientos con los dólares que le giró el FMI mediante la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) que el organismo concretó en agosto.

En total, el Fondo giró a sus países miembros el equivalente a 650.000 millones de dólares en DEG, de los cuales a la Argentina le correspondieron unos 4.400 millones.

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En el proyecto de Presupuesto, Guzmán da por hecho que no habrá pagos al FMI en 2022, lo cual liberará unos USD 19.000 millones para el Tesoro. Pero eso requerirá alcanzar un acuerdo con el FMI de refinanciación de deudas.

En tanto, el pasado viernes el presidente Alberto Fernández participó en una cumbre climática junto a otros líderes mundiales, donde expresó la necesidad de que el FMI baje las tasas de interés y extienda los plazos de negociación para la deuda.

Ante su par estadounidense Joe Biden, el mandatario argentino volvió a insistir con su propuesta de canjear deuda externa por acciones para contrarrestar el cambio climático, algo que ya había sugerido en un intercambio con John Kerry, el enviado especial para el Clima de los Estados Unidos.

“Los recursos aprobados en 2018 por el Fondo Monetario Internacional a la Argentina fueron de 57.000 millones de dólares, el equivalente a todo lo que el FMI desembolsó en el año de la pandemia a 85 naciones del mundo”, comparó el jefe de Estado, y por eso la calificó de una “deuda insostenible”.

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Además, resaltó que “resulta esencial para la Argentina la posibilidad de que se eliminen las sobretasas y se extiendan los plazos de pago, bajo las actuales circunstancias de estrés sanitario, financiero y ecológico”.

El Ministerio de Economía parece dispuesto a aceptar que la renegociación sea a 10 años, pero el kirchnerismo pugna por un plazo mayor.

En tanto, Guzmán aspira a que en octubre el FMI dé el visto bueno a una de las trabas para un acuerdo, que es la eliminación de las sobretasas aplicadas al préstamo que suscribió la administración de Mauricio Macri.

La pretensión del ministro de Economía es que el acuerdo con el Fondo sea aprobado por el Congreso, para lo cual seguramente habrá que esperar a la nueva conformación legislativa que quedará constituida a partir del 10 de diciembre.

Si se repiten los resultados de las primarias, el oficialismo perdería bancas en la Cámara de Diputados y se quedaría sin mayoría en el Senado, lo cual puede complicar los planes y forzar una dura negociación con los bloques opositores.