Durante 2019, la crisis de producción y empleo que atraviesa la economía argentina se agravó, aparejada a una continua caída del consumo interno derivada de la fenomenal pérdida de poder adquisitivo de los hogares.

Esto se manifestó en la caída del consumo tanto de bienes duraderos o suntuosos como pueden ser los automóviles hasta las compras cotidianas en los supermercados.

La importancia del consumo interno en la economía argentina quedó demostrada en las debilidades del modelo macrista, que subestimó además el impacto de una recesión muy larga y profunda (desde por lo menos mediados de 2018 dura hasta hoy), que incluso le costó la reelección.

La vigencia del carácter recesivo de la economía local quedó expuesta en el más reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), en el que se analizan las principales variables de consumo en Santa Fe en el mes de octubre.

En los supermercados las ventas reales siguieron cayendo. En octubre la baja fue del 7,2% interanual en la provincia de Santa Fe, por la diferencia entre lo recaudado por comercialización y la inflación acumulada del período.

El rubro que más creció en términos nominales fue el de “Electrónicos y artículos para el hogar” (93%). Le siguieron “Bebidas” (71%) y “Lácteos” (62%). Estos tres rubros en conjunto representan el 27% de las ventas totales.

Los rubros que menos crecieron fueron “Almacén” (38%), “Indumentaria, calzado y textiles para el hogar” (40%) y “Verdulería y frutería” (41%), que en conjunto representan el 33,5% de las ventas totales.

Un dato llamativo es lo poco que se venden automóviles: sólo 2.310 unidades, 26% menos que el mismo mes del año anterior.

En el segmento de la construcción las cifras siguen evidenciando el bajo nivel de obras encarado, público y privado.

Las ventas de cemento siguen en caída y en noviembre la caída interanual en ventas de cemento en Santa Fe fue del 11,5%, impulsada principalmente por la venta de cemento en bolsas (-14%).

Por el lado del consumo de energía eléctrica, se recupera de la mano del congelamiento de tarifas. Desde 2018 el consumo evidenciaba reducciones interanuales muy significativas pero, desde septiembre, se ha empezado a mantener cercano a los niveles del año anterior con leves recuperaciones mes a mes.

Crédito y confianza

Las familias están sobre-endeudadas: en noviembre hubo una caída interanual en todos los montos de financiamiento en términos reales. El más afectado fue el de los créditos prendarios (-46%), seguido por los créditos personales (-33%) y en tercer lugar las tarjetas de crédito (-25%).

Por otra parte, la sensación que deja la interpretación vertida de las cifras del informe es que comenzó a mejorar la confianza de los consumidores, aunque aún a paso lento. Al comparar el indicador de confianza del consumidor contra noviembre de 2018 se observa un crecimiento del 15%, aunque sigue estando debajo de los niveles promedio del período 2015-2017.