La crisis económica y social profunda, que carga un lastre de más de dos años de recesión ahora agravada en forma brutal por las medidas de prevención por la pandemia (desde marzo), es el fuego de la nafta que resultaría un salto del dólar, con una sensación instalada de posible devaluación, baja de retenciones y otros trascendidos que el Gobierno deja trascender o desmiente y evidencian la necesidad y urgencia que reviste el asunto.

El problema que genera el aumento de la divisa (el dólar ahorro terminó septiembre por encima de los $133 y el ‘blue’ cerca del récord a $146), pero peor aún, la falta de la divisa extranjera en el Banco Central (habría vendido u$s 100 millones, según fuentes privadas, este lunes, tras perder alrededor de 1.400 en todo septiembre) ha derivado en una serie de medidas llevadas adelante por la máxima autoridad financiera, que pretenden normalizar las operaciones cambiarias, pero conllevan una serie de restricciones y prohibiciones que agudizan el malestar de los ahorristas y otros demandantes de dólares; por lo demás, no han cumplido el objetivo hasta ahora.

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Ante el endurecimiento del cepo cambiario, el tipo de cambio al que pueden acceder los ahorristas mostró un aumento acumulado de $31,15 durante septiembre. Este jueves se habilitará el cupo de compras dado que comienza octubre, aunque con numerosas limitaciones.

Estas medidas resultan poco eficientes, según opinó el periodista rosarino especializado en temas económicos y financieros, Alejandro Bonalumi. «Hoy jueves va a ser el gran parámetro porque el gobierno está esperando el comportamiento de estos primeros días del mes, en este caso octubre, que es donde va a estar la demanda fuerte y a partir de ello tomar decisiones», sostuvo el economista.

Bonalumi acentúa la cuestión en que «el problema es que todavía sigue el goteo, con ello la baja de reservas; no por compras fuertes en estos últimos días de septiembre sino por la salida de dólares de los depósitos».

A partir de esto, consideró que el Gobierno va a tomar decisiones. «El próximo paso, si es directamente al mercado cambiario, es que nadie compre. Eso va a generar mucha incertidumbre y van a seguir sacando depósitos, por eso están viendo otros tipos de medidas adicionales».

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Esto se da, apuntó el analista, debido a que «la sensación es que por ahora lo que han hecho desde el Gobierno no alcanza para frenar o la venta, que es más chica lógicamente, o la salida de depósitos que hace perder reservas al Central también».

Quienes están interesados en el dólar

Para Bonalumi, hay varios sectores que están preocupados por la situación del «billete verde». Por un lado, «los que están obligados por negocios o los exportadores«, y por otro lado «las empresas y aquellos sectores que tienen obligaciones, deudas y compromisos a pagar en dólares«.

En esta arista, existe un segmento que tiene mucho que ver en este escenario tan inquietante y hay que dividirlo en dos sectores: «está el que puede y está comprando para cubrir su dinero, sacándose los pesos de encima, buscando algo, mejor dólares, y si no hay dólares, euros o reales y sino cualquier otra alternativa, pero sacarse los pesos de encima. Y estaba hasta ahora el que jugaba con el rebusque, era el IFE de la clase media, compraban oficial y vendían paralelo».

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Según el periodista, «ambos actores son malos para el Central, para la economía», ya que «le sacaban al Central dólares y los ponían en el colchón o en la caja de seguridad, o en su defecto lo sacabas blanco del Banco Central y lo llevaban al mercado ilegal, que es el ‘blue’, entonces esa ecuación era insostenible, por lo que se tomó la esta última medida».

Hoy por hoy el problema de extrema urgencia que tiene el Banco Central es la falta de dólares, por lo que no quiere vender, es decir, que si «vos tenés un compromiso de pago o de deuda -o lo que sea- para ir al contado con la liquidación o al Med, necesitas varios días, hacer un proceso, no es directo. Cuando querés ir al ‘blue’, que en parte te obligan a ir al ilegal, no hay cantidad, hay pocos vendedores, por lo tanto, es un serio inconveniente».

El Gobierno nacional sostiene la importancia de preservar los dólares del Central para tenerlos disponibles para el área productiva, a lo cual el economista, mencionó que «va a ser un dolor de cabeza conseguirlos y si los conseguís más caro, aumenta el producto final o perdés competitividad en el mundo. No es lo mismo pagar un dólar oficial a 80 como mucho, a tener que pagar 130 o 140 del dólar financiero, del dólar Blue. Entonces es un problema».

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«A ver, si tenés dólares, no lo vas a vender a 70 y pico, lo vendés al ‘blue’. El productor agropecuario que le pagan 50 por cada dólar que liquida dice ‘no, ahora no vendo a 50, espero que aumente más adelante’. Entonces, tenemos que los que ofrecen dólares no lo están haciendo y los que necesitan comprar dólares están apurados por comprar antes de que suba. Por lo tanto se potencia la tendencia y eso todavía no ha cambiado», agregó el periodista rosarino.

Cuestiones de fondo

En el Central, hasta el 15 de septiembre, las reservas habían bajado por ventas. Después de las medidas se fueron muchos más depósitos y las reservas bajaron más, por lo que «este tipo de medidas como parches no alcanzan. Hay generar una propuesta integral. La cuestión es como Argentina va a generar exportaciones, que es por donde generamos dólares, que beneficios le vas a dar al que decida sacar los dólares del colchón para que vaya a la economía real, como se va a luchar y darle un plan para bajar la inflación que es lo que pulveriza el peso».

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El economista rosarino ejemplificó la cuestión para que se entienda el problema de fondo: «el dólar es la consecuencia de un problema, no es la causa de los problemas argentinos. Es como una enfermedad, se toma una medicación para bajar la fiebre y está bien, pero eso no cura la enfermedad. Hoy el Gobierno lo que trata es bajar la fiebre del dólar, pero no dice cómo va a curar la enfermedad que genera que la fiebre aumente, que el dólar se dispare».

Y agregó: «Esto todavía, en los sectores que toman decisiones no está claro y por eso la economía y los mercados están tan nerviosos y están mal«.