El aumento en el precio de los combustibles –sumado a la fuerte inflación y al deterioro del poder adquisitivo de los salarios– impactó de forma negativa en el consumo de los mismos, que en febrero cayó un 1,8%, según indicó un informe de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados Hidrocarburos, Energía y Combustibles (Catheda).

Si bien el informe se centra en cómo fue la recaudación de los impuestos a los combustibles durante el mes de febrero, también detalla qué pasó con el consumo de la nafta y el gasoil.

A través del Impuesto al Combustible Líquido (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), que inciden sobre la nafta y gasoil, respectivamente, el Gobierno nacional recaudó $50.503 millones, lo que representa una suba interanual –es decir, con respecto a febrero del año pasado– del 15,3%.

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Esta recaudación fue producto de la venta de 1.870 millones de litros de combustible, un 1,8% menos que en el mismo período de 2023.

Cabe destacar que parte de lo recaudado por estos impuestos –que se pagan en todas las localidades del país– se utilizaba para subsidiar el transporte público en las provincias. Sin embargo, el gobierno de Javier Milei eliminó estas asistencias, a pesar de que los ciudadanos siguen abonando estos tributos cada vez que utilizan los surtidores.