Por Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

El Ministerio de Economía ofreció el mes pasado a través de una licitación una combinación de instrumentos del Tesoro Nacional integrados por las Letras y Bonos. Entre los instrumentos a licitar que integran el Programa de Creadores de Mercado hubo cuatro Letras del Tesoro, tres de ellas a descuento, con vencimientos el 29 de julio, 31 de agosto, y 30 de septiembre y una cuarta a tasas variable más 14% pagadera el 16 de agosto.

En tanto, para quienes no formaron parte del Programa de Creadores de Mercado, el Tesoro ofreció un Bono vinculado a la variación del dólar, más 0,40% son vencimiento el 30 de abril, otro ajustado por CER (inflación) más 2% y pagadero el 9 de noviembre del 2026. A esta propuesta se le agrega una canasta compuesta Letras ajustadas por CER, la primera, por un 60%, a descuento con vencimiento el 19 de mayo del 2023; y la segunda, por el 40% restante, con una sobre tasa de 1,55% y pagadera el 26 de julio del 2024.

Ergo, en buen romance,  el proceso de endeudamiento en pesos continua, es decir, hay que «operar sobre tres frentes al mismo tiempo, el de los pasivos financieros del BCRA, que ya superan los 5 billones de pesos,  el de la deuda de titulos emitidos a corto plazo en pesos y en el recupero de los capitales fugados», sostuvo el economista Horacio Rovelli en diálogo con Conclusión.

Por fuera de la charla y como material de aporte, el docente de la Universidad de La Plata, fundamentó que en Argentina se «producen anualmente 160 millones de toneladas de granos y, con solo 46 millones de habitantes, más del 40% de la población vive bajo la línea de pobreza. Esto es así, porque se permite exportar, por ejemplo, 38,4 millones de toneladas de maíz en granos y se produjeron 47,7 millones de toneladas en el año y, paralelamente, la persistente suba del precio del dólar oficial hace que sea cada vez más caro su precio en el mercado interno, que se agrega a la suba del precio en los mercados internacionales del maíz de más del 150% de un año a esta parte, para ser en abril 2022 de 280 dólares la tonelada».

Los mismos tenedores de las Letras y Bonos del Tesoro de la Nación, son los bancos o los grandes fugadores de capital que conforman entre otros, las 100 empresas (y sus dueños) que compraron 24.769 millones de dólares en los cuatro años de gestión de Cambiemos

«Con el trigo si se quiere es peor, se produjeron en el año 22,1 millones de toneladas del cereal, se les permitió exportar 14 millones de toneladas, con lo que teóricamente los 8,1 millones restantes alcanzarían para abastecer el mercado interno que consume entre 620.000 a 650.000 toneladas de trigo por mes. Pero no bien iniciado el conflicto bélico Rusia – Ucrania, el precio de la bolsa de harina se duplicó, de ser de 1.350 pesos por bolsa de 25 kilos de harina para pan, pasó a valer más de 2.400 y 2.600. Incluso la Secretaría de Comercio Interior de la Nación multó a Molinos Cañuelas SA por 150 millones de pesos por haber realizado agio de bolsas de harina».

Algo no está bien

Al irracional crecimiento de los encajes remunerados del BCRA (Pases pasivos, Leliq y Notaliq) que aumentaron en un 323,5% (de sumar 1,2 billones de pesos a ser desde el 7 de abril de 2022 de 5 billones de pesos) que no para de incrementarse y con ello el déficit cuasi-fiscal o déficit del BCRA, a esa burbuja financiera, debe sumarse la deuda interna del Tesoro de la Nación, cuyo valor total es de 7,2 billones de pesos.

Ninguna de las 100 empresas mencionadas, pueden demostrar en sus balances contables de los años 2016, 2017, 2018, y 2019 de donde detrajeron los pesos para comprar 24.769 millones de dólares, no lo demuestran ni sus utilidades, ni su liquidez y menos que menos el cuadro donde dicen cuántos dólares y otras divisas poseían al cierre de cada ejercicio

En efecto, el gobierno nacional realizó una fuerte reconversión del gasto en salud y en asistencia social a la población en el año 2020, que le ocasionó un déficit primario (antes del pago de la deuda) del 6,37% del PIB (prácticamente la cuarta parte del presupuesto nacional ejecutado del año 2020 fue deficitario).

Ese déficit fue financiado por el BCRA y, mayoritariamente por la colocación de títulos de deuda en pesos de corto plazo, ajustados por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) que se construye desde el IPC (Índice de Precios al Consumidor del INDEC) por ejemplo el BONCER (Bonos ajustados por el CER más un plus) y por dólar linked es en pesos pero se ajusta por el valor oficial del dólar más un plus.

Bien el gobierno ha venido renovando a los vencimientos los títulos, pero ante el incremento inflacionario y del valor oficial del dólar, esa deuda se acrecentó para representar el 14,5% del PIB (que se estima en 416.111 millones de dólares).

El gobierno realizó un impresionante ajuste fiscal en el año 2021 y redujo el déficit primario del 6,37% para ser del 2,5% del PIB. Y continua en el primer trimestre 2022 que presentó ante el FMI el cumplimiento de la meta que el déficit primario fue solo del 0,25% del PIB.

Semejante ajuste del gasto público es funcional al modelo extractivista agropecuario exportador, pero incide negativamente en el consumo y en el nivel de acti

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