Por Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

Entre los temas que fueron motivo de análisis -en la segunda parte de la nota- al economista Sergio Arelovich, la dependencia Argentina emerge sin lugar a dudas como una materia sustancial que se traduce en una situación perturbadora y condicionante para ensayar respuestas que demanda la sociedad a corto y mediano plazo.

Arelovich explicó respecto de cuál podría ser la respuesta del gobierno ante este condicionamiento, al señalar que la sociedad capitalista logró «que la población confunda necesidad con satisfacción, la sed es una necesidad pero un satisfactor puede ser agua cerveza u otra bebida, pero no es lo mismo resolver una necesidad con un satisfactor que con otro».

«Y en la medida que no haya un planeamiento o intervención del Estado a los fines que el satisfactor no descalabre la economía local, está claro que seguirá cada consumidor las tendencias que la publicidad le ordene», sin embargo aclaró que «no se trata solo del consumidor y de los objetos finales», acotó el economista.

Y abundó, que existe el «consumo imitativo, que no solo refieren al consumo de los países centrales sino también imitar los procesos industriales donde se depende de los insumos con los que funciona ese diseño de equipamiento y tecnología, provisión de servicios, con lo cual la necesidad de un desarrollo autónomo que no sea fuertemente dependiente que no emule ni imite a los países centrales» es una cuestión primordial.

>>> Te puede interesar: «La democracia no destruyó el proceso concentrador y de desigualdad instaurado en los 70»

En relación a las prioridades sociales y donde se debe focalizar el gobierno, el docente universitario apuntó que se debe orientar a «cómo viven los argentinos que están más vulnerados, estoy de acuerdo con un programa de atenuación de desigualdades de la emergencia, pero no se ve en el horizonte -considerar la pandemia- no solo se pueden diseñar herramientas. Hay que intervenir en desandar lo que es práctica de lo que es la influencia de la economía neoclásica».

Estimular al demanda no alcanza si no existe un programa de inversiones que nos permita no depender de las importaciones

En Argentina el sistema bancario prestó al sector privado y el saldo es 3,5 billones de pesos. Los bancos tienen en disponibilidad en sus cuentas corrientes bancarias 2 billones. Pero ellos también tienen títulos públicos, Leliq, por valor de dos billones. Hay que armar una estrategia para deconstruir esta locura y arrancar estimulando la demanda, pero esto no alcanza si no hay un programa de inversiones que nos permita no depender de las importaciones o los bienes de consumo que se requieren para atender ese crecimiento de la demanda, de esto se trata la restricción externa de Argentina»

En otro tramo de la entrevista, el especialista abordó los problemas que enfrentan los empresarios para impulsar iniciativas de inversión y de los fuertes condicionamientos en el marco de un sistema que destruyó la bancas de desarrollo durante la dictadura militar que comenzó en 1976 y la política liberal de los años 90″.

La nota completa la podes ver y escuchar en el video.