Por Elisa Soldano
Este viernes entró en vigencia la Tasa Vial, una iniciativa impulsada por el intendente de Rosario, Pablo Javkin, que aplica un tributo equivalente al 1,6% del valor del litro de combustible para quienes carguen nafta, gasoil o GNC dentro de la ciudad. El objetivo de la medida es recaudar fondos para realizar trabajos de reparación y bacheos de calles.
La iniciativa se aprobó en el Concejo en diciembre pasado, con quince votos afirmativos, doce negativos y una abstención. Quienes rechazaron la propuesta explicaron su descontento con aplicar una carga impositiva a todos los rosarinos por igual, sin tener en cuenta el vehículo o los motivos por los que circulan por la ciudad, y cuestionaron la constitucionalidad de la medida.
En declaraciones a Conclusión, la concejala de Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, explicó por qué votó en contra de la creación de esta tasa: “No quedaba del todo claro si efectivamente el dinero afectado se iba a destinar para lo que se pretendía o podía ser usado para otra finalidad. Pero lo que más ruido nos hacía era que se está planteando una tasa que afecta de la misma manera al pibe que labura en Rappi y trabaja con su moto, una persona que va con una Hilux o alguien que va a cargar un bidón para llevar su embarcación el fin de semana a la isla”.
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Por su parte, el concejal justicialista Mariano Romero señaló ante este medio: “La tasa también repercute en el precio del transporte público, como taxis y remises, es un costo más para un servicio público que ya está en crisis. Además, el municipio ya cuenta con los recursos para poder hacer frente a una tarea que es tan común como el bacheo, reparación y mantenimiento de calles”.
En este sentido, el concejal señaló que la tasa tiene “dudosa constitucionalidad” debido al principio de doble imposición: “Ya estamos recaudando sobre el mismo rubro a través de la coparticipación federal. Las provincias y municipios están impedidos de poder gravar nuevamente a los combustibles líquidos, por eso este tipo de medidas ya fueron declaradas inconstitucionales en otros lugares y entendemos que puede generar demandas al municipio”.
Fernanda Gigliani, concejala de Rosario.
Gigliani, en tanto, plasmó otra inquietud al respecto de esta tasa: “Si vamos a tener la nafta más cara de toda la zona, nos preocupa que esto afecte a las estaciones de servicio locales, dado que los rosarinos que tengan la posibilidad eviten cargar combustible en la ciudad y prefieran hacerlo en Gálvez, en Funes o en otra localidad”.
En diciembre, Gigliani había estimado que con este impuesto la Municipalidad recaudaría, por mes, $3.300.000, lo que permitiría pavimentar una o dos cuadras cada treinta días. No obstante, estos números quedaron desactualizados ante el avance inflacionario.
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“Para el estado en que están las calles en Rosario y la necesidad de una mejora en la infraestructura vial, parecía ínfimo lo que el municipio recaudaba para llevar adelante esa obra pública”, apuntó la edila, quien precisó que para que una cuadra sea pavimentada de forma definitiva debe tener cloacas y desagües fluviales.
“La Municipalidad tiene un fondo específico para poder llevar adelante este tipo de obras. ¿En vez de engrosarlo, para qué crear una nueva tasa con un fin que se topa con el de obras públicas?”, inquirió la legisladora.
Mariano Romero, concejal de Rosario.
Y Romero agregó: “La TGI también está destinada a la reparación y mantenimiento de calles. Entendemos que lo tiene más que cubierto el municipio y está creando una nueva tasa debido a la mala administración que está haciendo de los recursos que ya tiene disponible”.
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El concejal dijo que es “imposible” estimar cuánto dinero recaudará la municipalidad con esta tasa, dado que eso dependerá de cómo evolucione el precio de la nafta y el gasoil. “El municipio va a recaudar bastante porque se liberó el precio de los combustibles”, consideró.
Por último, Gigliani apuntó que esta tasa también afectará al costo de la Verificación Técnica Vehicular (VTV) –que tiene su costo atado al litro de combustible– y a las multas que se aplican en Rosario, las cuales están atadas a una unidad fija que depende del valor del litro de nafta súper.
