Por Hernán Cabrera

Como el mate y el asado, los alfajores es un postre tipico de nuestro pais, pero lamentablemente no podemos adjudicarnos su creacion ya que su origen es  árabe y tradicionalmente echo a base de una pasta de almendras, nueces y miel.
La palabra “alfajor” se deriva del árabe “[al- hasú]”, cuyo significado es “relleno”. El alfajor se introdujo en España hacia principios del siglo VIII, al ser derrotado por los árabes el último Rey de los visigodos. Esta invasión musulmana a la península ibérica se extendió por siete siglos hasta fines del siglo XV, y al territorio ibérico bajo dominio musulmán durante este período se lo conoce como al-Ándalus. Indudablemente, la influencia árabe de aquel tiempo está presente al día de hoy en toda esta zona, y las costumbres culinarias no son la excepción.
En Argentina tardó un tiempo prudencial para ser conocido como “alfajor” hasta mediados del siglo XIX. Muchos atribuyen el origen del alfajor a la Córdoba española, donde en ciertos reductos religiosos se preparaban aquellas recetas árabes, entre las que se encontraban bizcochos cuadrados unidos por un dulce a base de leche y azúcar, con una cobertura de azúcar denominada “tableta”, “cobertura” o simplemente “bañado”.
La industrialización del alfajor se atribuye a Augusto Chammás, un químico francés que llegó a Argentina hacia mediados del siglo XIX, inaugurando una pequeña industria familiar en Córdoba dedicada a la confección de dulces y confituras. El cambio no fue mayor, pero sí fundamental, en lugar de ser cuadrada, esta golosina adoptó forma redonda, como la conocemos al día de hoy con el nombre de alfajor.

Ingredientes:

  • 200 g de harina
  • 300 g de maicena
  • Dos cdtas. de levadura
  • 1/2 cdta. de sal
  • 250 g de mantequilla ablandada
  • 150 g de azúca
  • Tres yemas de huevo
  • Una cdta. de extracto de vainilla
  • Una cdta. de ralladura de limón
  • Un limón pequeño
  • Dulce de leche para el relleno
  • Coco rallado

Preparacion:

Tamizar la harina, el almidón de maíz maizena, el bicarbonato y el polvo de hornear. Reservar
En un bol batir (si es con batidora mejor) la manteca blanda, tipo pomada no derretida, con el azúcar. Es importante este paso para lograr un buen cremado.
Agregar las yemas de a una, mezclando bien cada vez, luego agregar el coñac, la esencia y la ralladura de limón, mezclar bien. terminar de incorporar batiendo
Incorporar poco a poco los secos tamizados mientras unimos con nuestras manos todo sobre la mesada formando un arenado húmedo no amasando. Este es otro paso importante para lograr que se unan todos los ingredientes y que quede una masa que luego de deshaga en la boca. una vez que logramos que el arenado esté totalmente húmedo y no quedar rastros de harina terminar de unir sin amasar. Llevar a la heladera 30 minutos envuelta en film.
Estirar la masa sobre la mesa enharinada y dejarla de 1/2 cm. de espesor y cortar círculos de unos 4 cm. de diámetro aproximadamente.
Colocarlos en placas enmantecadas y enharinadas. cocinar en horno medio pre-calentado a 180ºc durante unos 10 a 12 minutos depende del horno. es importante que no doren, solo en la base.
Retirar de la placa con mucho cuidado ayudándote con una espátula. yo le doy antes un pequeño golpe en la basa a la placa sobre la mesada para despegarlos.
Dejar enfriar antes de armarlos. Formar los alfajores uniendo dos tapitas con dulce de leche, presionar apenas, pintar los bordes con dulce de leche (con ayuda de un cuchillito) y luego hacerlos rodar por coco rallado.