La incertidumbre financiera azotó a la Argentina durante todo 2018, en medio de una crisis cambiaria y de credibilidad de magnitud, tras la cual el Gobierno acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantuvo la gobernabilidad del presidente Macri con un préstamo récord para el organismo, de 57 mil millones de dólares.

Meses después, con la economía sumida en una profunda recesión y las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso), la inestabilidad económica sigue y lo reflejaron este miércoles distintas agencias y calificadores de riesgo internacional.

El ránking de vulnerabilidad de países emergentes elaborado por Bloomberg en base a datos del FMI y el Banco Mundial, Argentina obtuvo el primer lugar con los indicadores de económicos 2019.

Así relegó al segundo lugar a Turquía, quien venía liderando el podio con comodidad. En el tercer puesto se ubicó Sudáfrica.

Las claves de la extrema precariedad, que grafica el relevamiento de Bloomberg, a la que está sometida la economía local, se explica por: altísimo ratio de deuda externa (a pagar en el corto plazo) en relación al PBI, una inflación 35,8% superior a la meta abandonada en septiembre (era del 10%), un muy bajo ratio de Reservas Internacionales de cobertura (solo 85,9%) , un déficit de cuenta corriente del 2% del PBI, a lo que se suma la poca eficacia que ha tenido el Gobierno en el abordaje de problemas estructurales y coyunturales de la economía.

De este modo, Bloomberg dejó sentado que Argentina es uno de los países que más desprotegido está ante un vendaval en las finanzas externas.

Esto quedó reflejado este mismo miércoles: el riesgo país se disparó una vez más por encima de los 800 puntos básicos.

Otras agencias calificadoras de peso advirtieron sobre el «creciente riesgo de cambio de políticas» en el país y señalaron que podría significar una «amenaza» para el acceso a los mercados.

La calificadora de riesgo estadounidense Moody´s difundió un comunicado en el que analizó el escenario electoral y se refirió al impacto que podría tener en el mercado el hecho de que el presidente Mauricio Macri resulte ganador o no en octubre.

«El creciente riesgo de cambio de políticas en la Argentina podría representar una amenaza para el acceso a los mercados», sostuvo el vicepresidente de la agencia Moody´s, Gersan Zurita.

Subrayó que eso «ejercería una presión significativa sobre la posición de liquidez del Gobierno y aumentaría la posibilidad de una reestructuración de deuda en los próximos dos o tres años».

Además, estimó que la caída de la actividad junto a la inflación y la incertidumbre por las definiciones en el ámbito político pondrán «en riesgo» a diferentes sectores de la economía.

«Una reversión significativa de los objetivos fiscales podrían amenazar la continuación del programa con el FMI y restringir el acceso al financiamiento en el mercado internacional», pronosticó.

La firma calificadora S&P, por su parte, advirtió: «Las endebles condiciones persisten debido a que continúa la intensa volatilidad que empezó en abril de 2018».

Según su consideración, esa situación se encuentra «exacerbada por la incertidumbre política relacionada con las elecciones presidenciales de octubre».

En un informe, sostuvo: «Esta persistente erosión en la actividad económica se ha traducido en una contracción del crédito en términos reales, y en una fuerte caída en los indicadores de calidad de activos».

«La cartera vencida representaba alrededor de 4,2% de los créditos al sector privado al cierre de abril de 2019, desde 1,8% al cierre de 2018», apuntó.