Los precios de los alimentos básicos mostraron un comportamiento dispar en las góndolas santafesinas durante el mes de mayo: mientras algunos registraron subas que superaron a la inflación (que fue del 7,8%), otros mostraron reducciones en sus valores.

Arroz, fideos, harina de trigo y lácteos fueron los productos que más aumentaron en mayo –con respecto a abril– mientras que las carnes, el aceite de girasol y la polenta exhibieron una reducción en sus precios, según reveló el último informe del Observatorio de Precios de Santa Fe.

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En lo que respecta a productos de almacén, las mayores subas se registraron en la harina de trigo 0000 (23,1%), la harina de trigo 000 (17,1%), los fideos secos (15%) y el arroz (12,9%). Por el contrario, el aceite de girasol (-17,6%), las lentejas (-13,2%) y la polenta (-10,8%) mostraron caídas en sus precios.

El estudio, además, analiza cómo evolucionaron los precios a lo largo de la cadena productiva y comercial: desde que salen de la industria hasta que llegan a la góndola, algunos alimentos llegan a duplicar o triplicar su valor.

Tal es el caso de la polenta, que salió de fábrica con un costo de $105, se vendió en los mayoristas a $156 y se ofreció en góndolas a $204,5; la variación para el aceite de girasol fue de $687, $799 y $886, respectivamente; mientras que en el caso del arroz fino la evolución fue de $129,5, $190 y $235; y para los fideos secos $102, $170 y $250.

Las lentejas salieron de la industria costando $309, mientras que el mercado mayorista las ofreció a $457 y en góndolas se vendieron a $562; la evolución de precios de la harina de trigo 000 en estas tres etapas fue de $133, $185 y $224; mientras que para la harina de trigo 0000 fue de $140, $250 y $309,5.

Desde el Observatorio de Precios indicaron: “En el rubro almacén, el mayor incremento se dio en la harina de trigo, lo cual tiene su explicación en que la Secretaría de Comercio fijó un aumento del 6% en el precio de referencia de este grano y sus productos derivados para mayo, como el pan por ejemplo, cuyo precio subió un 9,27% con respecto al mes anterior”.

El rubro de las carnes fue uno de los que más caídas de precios registró en mayo: salvo por la carne picada común (2,2%) y el paquete de seis salchichas (12,9%), el resto de los cortes analizados mostraron bajas con respecto a abril. La pulpa cayó 8,6%, la costeleta 2,4%, y el pollo entero 9,4%. Cabe destacar que este último dato no se corresponde con la suba estimada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), que estimó que en el quinto mes del año la carne aviar registró un alza del 14,6% en Rosario.

Por el kilo de picada común, de pulpa y de costeleta, el productor recibió $535, pero en góndolas llegó a cuadriplicar este valor, aunque aquí se debe tener en cuenta el proceso de faena y tratamiento de la carne. En el caso de picada común, el frigorífico la vendió a $1.219 mientras que el precio minorista fue de $1.338; mientras que el kilo de pulpa salió de la industria costando $1.559, pero llegó al consumidor con un valor de $2.081; mientras que el salto en las costeletas fue de $1.099 a $1.764.

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“Con respecto a la carne vacuna, el incremento sigue estando por debajo de la inflación. Especialistas sostienen que el aumento de precios todavía se debe a la sequía y la falta de suficiente alimento para los animales, lo que obligó a muchos establecimientos a acelerar e incrementar descartes y envíos a faena”, detallaron desde el Observatorio.

El panorama más dispar se observó en frutas y verduras: el kilo de papa negra aumentó 27% y el de calabaza, 7,9%. Por el contrario, el kilo de naranja (-26,8%), el de tomate redondo (-9,8%) y el de zanahoria (-7,1%) tuvieron una caída de precios en mayo.

El kilo de papa negra se vendió el mercado mayorista a $125, mientras que el minorista lo ofreció a $293. Lo mismo ocurrió con la calabaza, por la que el mayorista recibió $80, pero en góndolas se ofreció a $237.

La situación más extrema se observó en el kilo de tomate redondo, que fue ofrecido por el mercado a $660, pero llegó al consumidor final con un costo de $945. Por el kilo de zanahoria, el mayorista recibió $120, mientras que el precio minorista ascendió a $262,5; mientras que el kilo de naranja salió del mayorista con un costo de $305, y llegó a las góndolas a $497.

En la actividad láctea, el litro de leche larga vida subió 20,1%, la crema de leche 11,7%, la manteca 19,6%, mientras que el precio del litro de leche entera cayó 2,1%.

Por el litro de leche el productor recibió $89,4: en el caso de la entera, el costo de góndola fue de $330; mientras que para la leche larga vida el precio de fábrica fue de $209, mientras que el costo minorista fue de $333.

La manteca salió de la industria con un costo de $430, partió de la distribuidora a $506 y se ofreció en góndolas a $711; mientras que la crema de leche tuvo un precio de fábrica de $246, en las distribuidoras se ofreció a $282, y llegó a los consumidores costando $456,5.

Por último, y en lo que respecta a panificados, el kilo de pan tuvo un incremento del 9,3%, con un precio promedio de $496; mientras que los 500 gramos de pan rallado subieron 7,3%, con un valor de $311,2.

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De la fábrica a las góndolas, algunos alimentos llegaron a duplicar su precio by Conclusión Diario Digital on Scribd