El consumo es una de las variables económicas más afectadas por la crisis que atraviesa la economía argentina, en recesión hace por lo menos 5 trimestres, no da signos de repunte sino más bien todo lo contrario.
El poder adquisitivo de los ingresos es cada vez menor ante una inflación que desde hace meses no baja del 55% mensual, situación que se agrava ante la última devaluación de agosto, una de las tantas en ese magnitud que sufrió el tipo de cambio en el último año y medio (sin contar la de 2016).
Las cifras que registraron una nueva caída en las ventas en supermercados y centros comerciales durante agosto, publicadas este miércoles el Indec, fueron matizadas en el más reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) para Santa Fe.
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Según ese informe, los santafesinos ven el changuito cada vez más chico: Ddrante los últimos 14 meses las ventas reales en supermercados santafesinos cayeron en forma interanual. “Indumentaria, calzado y textiles para el hogar” y “Verdulería y frutería” fueron los rubros más golpeados.
Las ventas en Santa Fe medidas a precios corrientes para el mes de septiembre de 2019 sumaron un total de $2.859 millones, lo que representa un aumento de 47% respecto al mismo mes del año anterior.
Durante el mismo período, la inflación acumulada en los supermercados para la provincia de Santa Fe ha alcanzado los 76% en base a la inflación supermercado “IPS-Ceso Santa Fe”. A precios constantes de abril de 2016 las ventas cayeron 16% interanual.
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Hay rubros clave que, por su incidencia en otros segmentos de la economía, explican el nivel de estancamiento, parálisis e incertidumbre por el que atraviesan distintos sectores industriales, agobiados entre la baja rentabilidad por la debacle del mercado interno y deudas y gastos crecientes.
El de 2019 se trató del peor septiembre en venta de autos 0km en los últimos 12 años para la provincia de Santa Fe. Se registró la menor cantidad de ventas desde el comienzo de la serie en 2008. Se vendieron 3.364 unidades, 22% menos que el mismo mes del año anterior.
En tanto, el consumo de cemento consolida su caída. En el último año la caída fue impulsada por la disminución en el consumo de bolsa de cemento (relacionada con las obras de menor magnitud) mientras que la caída de venta a granel (vinculado a la obra pública) fue menor.
“Esto quiere decir que ante la retracción del sector privado, el Estado, en lugar de funcionar como amortiguador, también disminuyó su consumo”, subraya el dossier elaborado por el Ceso.
Por su parte, el consumo de energía eléctrica, fundamental para el complejo industrial santafesino, repunta de la mano del congelamiento de tarifas. Desde agosto de 2018 el consumo evidenciaba reducciones interanuales.
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Sin embargo, en septiembre la demanda de energía eléctrica fue 4,5% superior al igual mes del año anterior, constituyendo el único rubro de consumo analizado con incrementos.
Respecto al crédito al consumo, evoluciona de manera dispar. Los montos operados del principal financiamiento utilizado para el consumo, la tarjeta de crédito, se mantuvieron en igual nivel que el año anterior. Por su parte, los créditos prendarios y los créditos personales continúan contrayéndose en relación con igual mes de 2018.
Por último, desde el Ceso también evaluaron el nivel de confianza del consumidor del interior, que crece en relación con un año atrás. Al comparar el indicador contra el año anterior se observa un crecimiento, aunque se encuentra aún a niveles bajos en relación con el período 2015-2017.
