La situación económica y la crisis que aumenta debido a la pandemia -o a la cuarentena-, sigue afectando notablemente a los comercios del centro, mucho de los cuales se ven obligados a bajar sus persianas al no poder sostener los costos y dejando a la vista la cantidad de locales que quedan en alquiler.

En las galerías del centro rosarino existen distintos tipos de comercios. Desde locales de ropa, venta de accesorios para celulares, artículos para el hogar, conviven en estos pasillos tradicionales, donde el flujo de personas que los transita, es cada vez menor.

Conclusión, consultó con los comerciantes cuál es la realidad de los negocios ante este escenario de crisis -dos años de recesión, ahora agravada-, cómo afrontan los costos y qué vislumbran en cuanto a las posibles soluciones de cara a un desmejoramiento, tanto de la economía nacional como local, frente a un aumento de contagios y posible extensión de la cuarentena.

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La dueña de un comercio de prendas de vestir femenina, con respecto a la situación de los comercios, contó que «muchos cerraron, está difícil la venta y nos acortaron el horario, por lo que no se vende lo suficiente como para sostener todo esto».

«El acortamiento del horario nos está perjudicando, pero entiendo que es a raíz de la pandemia. Es lo que estamos viviendo» agregó la vendedora.

Por su parte, una comerciante de golosinas de una de las galerías relevadas, mencionó que el flujo de gente disminuyó también por el paro de colectivos. «El paro de colectivos es lo que mayormente nos afecta o vemos la disminución cuando el paro se activa. Desde que volvimos a trabajar en cuarentena, hemos tenido muchos días de paro y esto es lo que más nos determina la cantidad y el flujo de gente».

En cuanto a la realización de compras, una comerciante mencionó que «no se está vendiendo» y que, además, «Rosario se maneja con mucha gente del interior que no puede llegar«. En ese sentido, caculó que las ventas «se redujeron un 90%», por lo que afronta los costos del local con «los ahorros que generaste en tu vida para sostener esta situación».

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La comerciante agregó que «nunca se vivió una situación igual, ni siquiera en el 2001, económicamente hablando. Estamos en una pandemia. La gente no compra».

Otro local dedicado a la venta de accesorios de celulares, también sufre la baja de ventas. «Ahora está complicado. Si bien cuando nos reincorporamos en mayo sí se veía la diferencia, todos los días eran concurridos, incluso vendíamos con parámetros de una fiesta, pero la verdad es que ahora está mucho más difícil», expresó la vendedora.

«La gente viene por necesidad«, argumentó la mujer, quien explicó que en el caso de su rubro, el cual vende accesorios necesarios para el cuidado de celulares, los clientes compran «o la funda o el vidrio templado», a diferencia de antes de la pandemia, donde la gente «se llevaba la funda y el vidrio templado», por lo que se nota que «la gente pregunta precios, recorre y pregunta un poco más».