Si bien la inflación de abril –y por motivos estacionales– suele ser más baja que la de marzo, esta vez los precios mostraron un comportamiento diferente en la provincia de Santa Fe. A causa de la corrida cambiaria, que precipitó los aumentos a un nivel similar al de marzo e incluso superior, algunos comercios sufrieron desabastecimiento dado que los proveedores limitaron o anularon la entrega de mercadería ante la incertidumbre sobre la cotización del dólar.

En el cuarto mes del año –y con respecto a marzo– se destacaron subas en algunos productos de almacén, como el arroz y la polenta, en el kilo de pulpa, en el tomate redondo y en los lácteos, según reveló el último informe del Observatorio de Precios de Santa Fe.

Con respecto a los productos de almacén, de marzo a abril se destacaron subas en el medio kilo de arroz (28,4%), el medio kilo de polenta (25,9%), las lentejas (8,7%), el kilo de harina 000 (7%), y el litro y medio de aceite de girasol (5,3%). Por el contrario –un aspecto que raramente ocurre– la harina de trigo 000 redujo su precio un 9,8%; mientras que los fideos secos hicieron lo propio en 3,1%.

El estudio, además, analiza cómo evolucionaron los precios a lo largo de la cadena productiva y comercial: desde que salen de la industria hasta que llegan a la góndola, algunos alimentos llegan a duplicar o triplicar su valor.

Tal es el caso del aceite, que salió de fábrica con un costo de $661, se vendió en los mayoristas a $799 y se ofreció en góndolas a $1.076; la variación para la polenta fue de $97,3, $116 y $229, respectivamente; mientras que en el caso del arroz fino la evolución fue de $123,4, $150 y $208,5; y para los fideos secos $103, $171 y $218.

Las lentejas salieron de la industria costando $279, mientras que el mercado mayorista las ofreció a $458 y en góndolas se vendieron a $648; la evolución de precios de la harina de trigo 000 en estas tres etapas fue de $92, $167 y $191; mientras que para la harina de trigo 000 fue de $108, $213 y $251.

Al respecto, el Observatorio de Precios indicó: “Alimentos y bebidas fue uno de los rubros que más aumentó, no sólo por las fluctuaciones cambiarias, sino también por los efectos de la sequía que aún se sienten, y las consecuencias del dólar agro sobre los productos que se exportan”.

En lo que respecta a carnicerías, todos los cortes que analiza el informe aumentaron de precios en abril, con relación a marzo: el kilo de carne picada común subió 4,2%; la pulpa 9,1%; las costeletas 2,1%; el pollo entero 6,9%; y las seis unidades de salchichas, 7%.

Por el kilo de picada común, de pulpa y de costeleta, el productor recibió $558, pero en góndolas llegó a cuadriplicar este valor. En el caso de picada común, el frigorífico la vendió a $1.219 mientras que el precio minorista fue de $1.309; mientras que el kilo de pulpa salió de la industria costando $1.905, pero llegó al consumidor con un valor de $2.257.

“El rubro carnicería presenció un incremento promedio de 5,92%, debido al efecto de la sequía, que todavía se siente y generó faltantes de forraje para abastecer la dieta de las vacas, lo cual impacta indirectamente en el precio del rubro lácteos que sufrió un incremento promedio del 13,62%”, indicó el informe.

El panorama más dispar se observó en frutas y verduras. Mientras que se llegaron a registrar aumentos mensuales de tres cifras, como es el caso del kilo de tomate redondo, que subió 115,1%, o más abajo la zanahoria, que tuvo un incremento del 10,7%, también hubo caída de precios: el kilo de naranja mostró una reducción de 20,3%; el kilo de papa negra del 5,7%; y el kilo de calabaza del 0,3%.

Por el kilo de papa negra el productor recibió $85, mientras que en el mercado mayorista se vendió al mismo precio, y el gran salto se dio en el minorista, que lo ofreció a $231. Lo mismo ocurrió con la calabaza, por la que el productor y el mayorista recibieron $100, pero en góndolas se ofreció a $219.

La situación más extrema se observó en el kilo de tomate redondo, por el que el productor recibió $444, y el mayorista lo ofreció a $500, pero llegó al consumidor final con un costo de $1.048. Por el kilo de zanahoria, tanto el productor como el mayorista recibieron $90, mientras que el precio minorista ascendió a $283; mientras que por el kilo de naranja el productor recibió $139, salió del mayorista con un costo de $210, y llegó a las góndolas a $679.

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En este sentido, el Observatorio de Precios destacó: “En el rubro verdulería, el producto que más aumentó fue el tomate redondo. Hay que tener en cuenta que en verano la formación de la fruta y la maduración son más rápidas. En invierno la planta resiente las bajas temperaturas, lo que hace que el ciclo sea más lento para el desarrollo de cosecha y por lo tanto disminuye la oferta”.

En la actividad láctea, el litro de leche larga vida subió 18,1%, la crema de leche 17,3%, la manteca 10,5%, y el litro de leche entera 8,5%.

Por el litro de leche el productor recibió $81,5: en el caso de la entera, el costo de industria fue de $170, el de la distribuidora de $259 y el minorista de $312; mientras que para la larga vida el precio de fábrica fue de $148, mientras que el costo minorista fue de $250.

La manteca salió de la industria con un costo de $308, partió de la distribuidora a $506 y se ofreció en góndolas a $594; mientras que la crema de leche tuvo un precio de fábrica de $198, en las distribuidoras se ofreció a $282, y llegó a los consumidores costando $409.

Por último, y en lo que respecta a panificados, el kilo de pan tuvo un incremento del 14,9%; mientras que los 500 gramos de pan rallado subieron 11,1%.

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Santa Fe: el aumento del dólar y el desabastecimiento dispararon el precio de los alimentos by Conclusión TV on Scribd