El partido Unidad Popular lanzó al economista Claudio Lozano como precandidato a la presidencia en la interna del Frente de Todos y, en una entrevista exclusiva con Conclusión, el exdirector del Banco Nación detalló cómo será el programa que desarrollará en caso de llegar a la Casa Rosada. En ese marco también expresó su decepción ante los resultados de la gestión del presidente Alberto Fernández, a tal punto que consideró que no tendría sentido que busque la reelección por el elevado rechazo que despierta su gobierno.

Según planteó Lozano, la decisión de impulsar su precandidatura surgió de tres puntos concretos: la falta de una mesa política al interior de la alianza oficialista que permita discutir los temas centrales de la agenda nacional; el posicionamiento actual frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la ilegitimidad de la deuda; y la ausencia de una propuesta de democratización de la sociedad que apunte a revertir las condiciones de desigualdad que hoy existen y a recuperar el nivel de calidad de vida de la población.

«Es imprescindible galvanizar un acuerdo y un bloque social lo suficientemente amplio, convencido de la necesidad de avanzar en la reconstrucción de las condiciones de vida de la población, revertir la estrategia de desigualdad, disciplinar el comportamiento de las clases dominantes y revisar el problema del endeudamiento y el acuerdo con Fondo para tener capacidad de estructurar una propuesta de desarrollo, que es la que el país precisa», sintetizó el economista, en declaraciones a este medio.

En este marco, el partido Unidad Popular realizó un plenario en el que definió dejar asentado que, en esta oportunidad y a diferencia del 2019, el agrupamiento electoral debe ir de la mano de una unidad política que permita trazar un programa de desarrollo y expansión inclusivo y federal.

«Hoy, de cara a las elecciones de 2023, más allá de la discusión de las candidaturas, se necesita una mesa política para poner en claro qué es lo que va a encarnar el Frente de Todos en el proceso electoral, porque habiendo nacido como una alternativa popular frente al ajuste neoliberal del macrismo, hemos terminado con políticas que en la práctica nos transforman en una variante más del ajuste», analizó Lozano.

Dicho devenir de la gestión frentetodista, luego de la expectativa generada durante la campaña y los primeros días en Casa Rosada, derivó -según entiende Lozano- en un enorme descontento por parte de la población, que esperaba un rumbo que marque un fuerte contraste con los años de Cambiemos en el poder.

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El economista incluso cree que el nivel de desaprobación es tan grande que el presidente directamente debería dejar de lado toda expectativa de reelección. «Nos resulta extraño que él decida presentarse, porque la lógica sería que, con solo ver el nivel de rechazo que existe en la comunidad respecto a su gestión, alcanzaría como para que considere que no tiene sentido presentarse», apuntó.

«Si quiere hacerlo -aclaró-, las Paso tienen que permitirlo, tiene derecho como cualquiera a expresar las propuestas que su gobierno ha encarnado. En ese sentido, nosotros no ponemos ningún tipo de límites, porque nos parece que es fundamental mantener la unidad. Lo que sí creemos es que, a diferencia de lo que ocurrió en 2019, la unidad en términos electorales tiene que venir acompañada de una unidad en término de los contenidos políticos que queremos expresar. Ya quedó claro, en el curso de la gestión de Alberto Fernández, que no alcanza con una unidad de tipo electoral, porque luego, si no se sintetiza esto en términos de construcción y estrategia política, el resultado no es una gestión de gobierno que permita sostener las necesidades de transformación que la Argentina necesita».

Sin mesa política para tener un ámbito de discusión del programa a ejecutar y con profundos desacuerdos con la administración que encabeza el actual mandatario, con fuerte influencia del ministro de Economía Sergio Massa y supervisión del FMI, UP presentó la precandidatura de Lozano para la presidencia.

El programa: democratizar, repoblar y garantizar un umbral de dignidad

Al momento de enumerar cuáles serían las medidas que implementaría en sus primeros días en la Casa Rosada, el también Coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas indicó que el inicio de su gobierno estaría marcado por la implementación de iniciativas que permitan incorporar a las organizaciones populares, sociales, territoriales, sindicales, de la pequeña y mediana empresa, y al conjunto de la comunidad al ámbito de decisión de las instituciones públicas.

«Hay que cambiar el modo de gobernar. No alcanza con el sistema de representaciones que hoy tenemos. Es imprescindible dotar a las instituciones de mecanismos que incorporen la participación organizada de la comunidad en las decisiones. Eso implica la creación de espacios y consejos que permitan discutir a nivel regional, provincial y local. Desplegaríamos una estrategia de democratización a fondo del aparato estatal:  presupuestos participativos e instancias de consulta», explicó.

Un segundo conjunto de medidas iniciales de su gobierno estaría abocado a recomponer las condiciones de vida de la población para garantizar un piso civilizatorio. Para esto considera fundamental la implementación de un Ingreso Básico Universal para la población en situación de informalidad y desempleo, a los fines de fijar un umbral de dignidad en el país, vinculado a que nadie esté por debajo de la línea del hambre.

En esa línea, -dijo- pondría en marcha una estrategia de fortalecimiento de la economía popular sobre la base de un programa de Empleo Universal Garantizado que incorpore aproximadamente a 4 millones de trabajadores al desarrollo de esta actividad. Con este objetivo -contó- conformaría un área dedicada a planificar las inversiones sociales imprescindibles.

En ese plan -amplió- también se inscribe un esquema estratégico que permita afrontar el déficit habitacional de la Argentina a partir del despliegue de medidas tendientes a «repoblar el país» por medio de la creación de ciudades más chicas y sustentables, con contextos «más vivibles».

«Es imprescindible pensar una estrategia que permita crear nuevos pueblos y ciudades en el conjunto de la Argentina que tiene muchos espacios vacíos y gente hacinada en muy pocos kilómetros cuadrados, lo cual -demostrado por la pandemia- es una realidad que hay que modificar. Necesitamos un redespliegue de la población en el conjunto del territorio, que nos permitiría crear ciudades y en ese proceso también ir dinamizando la actividad económica», ejemplificó.

«Todo esto -completó- implicaría un fuerte impacto en términos de reconstrucción y ampliación del mercado interno de demanda popular, que tenía que estar acompañado por una recomposición de los ingresos de los trabajadores, de los jubilados, y obviamente en el marco de un programa popular antiinflacionario que tiene que incorporar un congelamiento de precios como una condición sine qua non para terminar con la inercia inflacionaria y demás. Ese proceso tiene que sumarse un tratamiento integral de la pequeña y mediana empresa y la puesta en marcha de un plan de sustitución de importaciones que la Argentina necesita para ir reconstruyendo su aparato productivo».

Según Lozano, todo este cronograma de acciones no puede desplegarse sin antes asumir la misión de replantear el endeudamiento externo y discriminar la legitimidad e ilegitimidad de cada deuda, proceso que -sostiene- debe iniciar por la suspensión de los pagos, sobre todo los correspondientes al crédito del FMI.

El exdiputado nacional asegura que al organismo hay que llevarlo directamente ante las Naciones Unidas para plantear la corresponsabilidad del Fondo en la crisis del país y exponer cada uno de los ilícitos que cometió con las irregularidades presentes en el acuerdo firmado con el gobierno argentino durante la administración de Mauricio Macri, determinadas por el propio estatuto del FMI.

«Entregó un crédito que no podía entregarle porque su estatuto le prohíbe prestar a países en situación de fuga de capitales, y el monto entregado va por encima de lo que la Argentina podría haber tomado por la cuota que paga. No podía prestarle nunca 57 mil millones dólares, porque lo máximo que el país podía tomar eran 22 mil (millones). Los dólares ingresaban por una ventanilla y se iban por la otra, eso caracterizó el proceso de Macri», repasó.

«La responsabilidad del problema no es solo de nuestro país. Argentina tiene que identificar hacia adentro responsabilidades porque lo que hicieron fue una barbaridad, pero al mismo tiempo debe lograr un aporte por parte de los grandes capitales que se beneficiaron del endeudamiento para afrontar los pagos que haya que afrontar y que estos no descansen exclusivamente en la sociedad argentina», remarcó el economista.

El rol que tendría Santa Fe en su gobierno; los precandidatos que apoyará en las elecciones santafesinas; y su análisis de las amenazas que enfrenta la democracia de parte de los sectores de poder concentrado, en la entrevista completa disponible en Conclusión TV.

Grabación y edición de video: Sofía King