El papa Francisco aseguró que el acuerdo que el Vaticano firmó con China en 2018 para la designación conjunta de obispos, en el mayor acercamiento bilateral en 50 años, está «funcionando bien» y que espera que pueda ser renovado «en octubre»

«El acuerdo está funcionando bien y espero que en octubre pueda ser renovado», evaluó el pontífice en la segunda parte de una entrevista con la agencia Reuters reproducida por medios locales, al ser consultado sobre el futuro del convenio firmado en 2018 por dos años y luego renovado por el mismo periodo en 2020.

El convenio, que supuso el mayor acercamiento entre ambos Estados en más de medio siglo, sentó las bases para que designen de manera conjunta a los obispos, tras años de divisiones entre una serie de prelados leales al régimen comunista a través de la denominada Iglesia Patriótica y otros nombrados con aval del Papa.

Para Francisco, se trata de una «forma china» de negociación, a partir «del sentido del tiempo que tienen los chinos, que ninguno puede apurarlos».

Por el momento, en cuatro años de acuerdo, fueron nombrados seis obispos bajo el nuevo modelo, con aval conjunto de las autoridades chinas y de la Santa Sede.

«La diplomacia es así. Cuando te enfrentas a una situación bloqueada, tienes que encontrar la forma posible, no la forma ideal, de salir de ella. La diplomacia es el arte de lo posible y de hacer cosas para que lo posible se haga realidad», dijo el Papa.

En ese marco, mientras evalúa la posible renovación del acuerdo, el Vaticano mantiene su línea de colaboración con Taiwán en el marco de los 80 años de relaciones diplomáticas entre Taipei y Roma.

El Vaticano es el único Estado europeo que tiene lazos diplomáticos con Taiwán y no con China.

El ministro de Cultura vaticano, el cardenal Gianfranco Ravasi, encabezó la delegación vaticana que inauguró el fin de semana una muestra con caligrafía taiwanesa dedicada a las encíclicas papales Fratelli tutti y Laudato si’ con la que la ex isla de Formosa inició las celebraciones por los 80 años de relaciones diplomáticas.

El acuerdo que el Papa busca renovar vence en octubre de este año y las dos diplomacias ya trabajan en los próximos pasos, que podrían incluir un nuevo mapeo de la cantidad de diócesis en las que dividir a China, un número en el que hay discrepancias entre Roma, que habla de 146 diócesis, y Beijing, que reconoce por ahora solo 98.

Antes de la confirmación de renovación o no del acuerdo, Francisco tiene en agenda para mediados de septiembre un viaje a Kazajistán, país limítrofe con la región china de Sinkiang, en la que residen la mayoría de los miembros de la etnia Uigur, que denuncia de forma constante violaciones de los derechos humanos por parte de China.

Cuando en 2020 el Vaticano y China renovaron el acuerdo, la Santa Sede recibió y resistió fuertes presiones del entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien había planteado que la prórroga ponía en juego la credibilidad de Roma a nivel internacional.

La firma del acuerdo supuso la normalización de la vida de la Iglesia católica en China, tras años de división entre los prelados designados por el Vaticano y los designados por Beijing a través de la denominada Asociación Patriótica, una Iglesia creada por el Gobierno chino para controlar la vida católica en el país.

Su nuevo «gabinete» para la Curia

Por otra parte, el papa Francisco definirá en las próximas semanas el elenco de nombres con los que dará forma concreta al nuevo «gabinete» con el que gobernará la Curia romana.

Así lo anunció este martes una fuente de la Santa Sede a la agencia de noticias Télam, cuando se cumple un mes exacto de la entrada en vigencia de la nueva Constitución Apostólica, que desde el 5 de junio rediseñó el organigrama de los ministerios vaticanos,

«No habrá un día con varias designaciones, se irán sabiendo con el correr de las semanas, seguramente durante julio y agosto», adelantó la fuente sobre las designaciones que deberá hacer el Papa para terminar de poner en funcionamiento la Carta Magna que elaboró durante sus primeros nueve años como pontífice.

Con la nueva Constitución, el organigrama vaticano queda dividido en dos secretarías, la de Estado y la de Economía, y 16 dicasterios (ministerios), en los que el Papa deberá confirmar autoridades, además de otra veintena de comisiones pontificias y otros entes.

Si bien se descuenta la continuidad de algunos nombres de peso, como el cardenal italiano Pietro Parolin al frente de la Secretaría de Estado, se esperan las designaciones de Jorge Bergoglio en algunos dicasterios clave como el de Evangelización, que el Papa presidirá directamente pero con dos secretarios aún no definidos.

También se abren interrogantes al frente del nuevo dicasterio para la Cultura y la Educación, creado en base a la fusión de la Congregación para la Educación Católica y el Pontificio Consejo para la Cultura, o el nuevo dicasterio (ex Congregación) para las Iglesias Orientales, en el que es una incógnita la continuidad o no del cardenal argentino Leonardo Sandri.

Entre las novedades que podrían tener las designaciones estivales del Papa está también la posibilidad de dar mayor lugar a personas que no sean religiosas en su «gabinete»: si bien por ahora solo el de Comunicación, con el italiano Paolo Ruffini, está dirigido por un laico, la nueva Carta Magna abre esa posibilidad en un plano mayor.

Al mismo tiempo, con la nueva Carta Magna el Papa podría disponer que una mujer quede al frente de uno de los dicasterios. De confirmarse esa hipótesis, la economista italiana Alessandra Smerilli es quien tiene más chances de ser ubicada al frente del denominado «ministerio social», el dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Otro nombre que aparece como seguro para ser confirmado es el del cardenal polaco Konrad Krajewski, actualmente a cargo de la denominada oficina de Limosnería Apostólica, que será elevada a dicasterio para el Servicio de la Caridad.

Con un rol preponderante, el nuevo organismo «es una expresión especial de la misericordia y, a partir de la opción por los pobres, los vulnerables y los excluidos, ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda hacia ellos en nombre del Romano Pontífice, que en los casos de particular indigencia u otra necesidad, dispone personalmente las ayudas que se han de asignar».

La elevación a dicasterio del trabajo que Krajewski viene realizando en estos años marca entonces la importancia que el Papa le asigna a la presencia en el terreno, al punto que el purpurado polaco ha ido en persona a varios territorios en dificultad, incluida Ucrania.

El reconocimiento al fallecido cardenal Hummes

El sumo pontífice destacó este martes el «compromiso» con la Amazonia del cardenal brasileño Claudio Hummes, fallecido este lunes a los 87 años, y recordó que el religioso le pidió que no se olvide «de los pobres» tras ser elegido pontífice en marzo de 2013.

En un telegrama enviado al arzobispo de San Pablo, Odilo Scherer, el Papa recordó el «compromiso por la Iglesia que camina la Amazonia» de Hummes.

«Siempre llevo vivas en la memoria las palabras que Don Claudio me dijo el 13 de marzo de 2013, pidiendo que no me olvide de los pobres», agregó Jorge Bergoglio en la misiva dada a conocer este martes por el Vaticano.

Hummes es el responsable por el nombre Francisco, en homenaje al santo de los pobres, que eligió Bergoglio para su papado, apenas terminó la fumata blanca en el Vaticano con el argentino electo al frente de la Iglesia Católica y así lo contó: «Apenas fue elegido Bergoglio, entre aplausos, lo abracé y le dije ‘no te olvides de los pobres’, fue algo que salió del corazón, con fuerza».

El Papa recordó además su gratitud «por los largos años de su dedicado y celoso servicio» en los cargos que ocupó Hummes en Brasil y en la Curia romana.

Obispo emérito de San Pablo, Hummes, sin pertenecer a la Teología de la Liberación, formó parte del grupo de líderes católicos que en Brasil marcaron a parte de la sociedad organizando a la comunidad eclesiástica de base.