Con una alta adhesión de vastos sectores gremiales a lo largo y a lo ancho del país, y tras casi 16 meses de gestión, comenzó esta medianoche el primer paro general al Gobierno nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT).

La convocatoria fue bien recibida por agrupaciones políticas, sociales, industriales y trabajadores independientes que adherirán a la medida de fuerza en rechazo al ajuste, y a las políticas económicas y sociales llevadas adelante por el presidente Mauricio Macri.

Se trata de la primera protesta masiva que enfrenta el Poder Ejecutivo desde su llegada a la Casa Rosada en diciembre de 2015. La medida cuenta con la adhesión de todo el arco político opositor y de múltiples movimientos sociales, además de representantes de pequeñas y medianas empresas.

En este sentido, uno de los secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid, pronosticó que el paro tendrá una «alta adhesión» y dijo que se expresará un «malestar social» que la central obrera busca «poner en agenda».

Consultado en radio Mitre por el efecto de los cortes de calles y accesos que realizarán los grupos piqueteros, Schmid los minimizó y sostuvo que «el piquete va a ser inocuo porque no habrá transporte, las fábricas estarán vacías y no va a haber gente en las calles».

Otro de los tres secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, dijo que la convocatoria al paro plantea una jornada «en la que no haya violencia» y en la que «los trabajadores van a reclamar no yendo a trabajar».

Por su parte, el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, uno de los más duros frente al Gobierno, sostuvo que el presidente Macri «es el principal responsable» de la protesta por «no dar respuesta a los reclamos de los trabajadores y sí a los sectores concentrados de la economía».

Más conciliador, el secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, aseguró que la central obrera le dará al gobierno «15 o 20 días» para que responda a las demandas del paro general de mañana y adelantó que, si existe una convocatoria al diálogo, «la CGT va a participar».

De todos modos, señaló la importancia de que la eventual convocatoria a una mesa por parte del gobierno «sea para hablar de los reclamos y las soluciones, y no para la foto y para hablar de fútbol».

En contraposición, el presidente Mauricio Macri, y el ministro del Interior Rogelio Frigerio, fijaron postura y coincidieron en que el paro es injustificable.

«Hay sindicatos que están trabajando en el futuro y otros que quieren quedarse en el pasado», sostuvo Macri en la previa a la primera huelga de la central obrera en lo que va de la gestión de Cambiemos.

En la misma línea, Frigerio señaló que el Gobierno seguirá dialogando con los sindicatos, pero advirtió que «no hay hoja de ruta para el día después del paro, porque no hay consignas claras de por qué se está parando».

En cuanto a los servicios, no funcionarán colectivos, ni taxis, y no habrá actividad en estaciones de servicio; no saldrán vuelos desde aeropuertos y en los hospitales sólo funcionarán las guardias mínimas; tampoco habrá recolección de residuos y los bancos estarán cerrados.

Además, los establecimientos educativos de todo el país estarán cerrados, y no habrá clases en ningún nivel escolar.

El país pone el foco en Rosario

En tal sentido, a diferencia de la convocatoria original anunciada por la CGT el pasado 16 de marzo, que hablaba de un paro nacional sin movilización, la medida de fuerza tendrá su epicentro en Rosario, dónde muchos sindicatos rosarinos demostrarán en la calle su descontento con el Gobierno nacional.

Según confirmaron dirigentes del Movimiento Sindical Rosarino en la conferencia de prensa brindada este martes, la movilización comenzará con una concentración desde las 9 en la Plaza Montenegro (San Martín y San Luis), desde donde se movilizarán hasta el cruce de las peatonales San Martín y Córdoba. Allí habrá un acto a las 12.

En la previa a la movilización, el secretario general de Luz y Fuerza, Alberto Botto, aseguró que el de hoy será un paro activo, y no “dominguero” como pretendía la CGT a nivel nacional.

La izquierda anunció piquetes, y el Gobierno prometió “despejarlos”

Militantes de organizaciones de izquierda anunciaron que bloquearán los accesos a la Capital Federal en apoyo a los reclamos del paro convocado por la CGT, aunque el Gobierno confirmó que desplegará un importante operativo de seguridad para despejarlos y garantizar que «aquel que quiere ir a trabajar, pueda».

Los manifestantes comenzarán los piquetes en las primeras horas de la mañana para evitar la entrada de vehículos a la Ciudad de Buenos Aires en lo que sería horario pico.

Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, adelantó que «la idea» del Ejecutivo es «que no haya ningún tipo de bloqueo», para lo cual se establecieron «una serie de mecanismos para evitar que se corten los principales ingresos y egresos de la Ciudad» con el despliegue de «mucho personal de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal».

Uno de los puntos principales de concentración de militantes del Frente de Izquierda será en la entrada a la autopista Buenos Aires-La Plata, donde interrumpirán el tránsito desde las 6.

Mientras tanto, también a las 6 y en el Puente Pueyrredón, se concentrarán el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y el MTD Aníbal Verón, entre otras agrupaciones, y a las 11 marcharán hacia el hotel Hilton de Puerto Madero, donde se estará celebrando la edición latinoamericana de Foro Económico Mundial y está prevista la presencia del presidente Mauricio Macri.

Nicolás Del Caño, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que integra el FIT, aclaró este miércoles que hace «responsables a los Gobiernos nacional, bonaerense y porteños de cualquier tipo de hecho de violencia» que se pueda generar en las manifestaciones.

En este marco, del Caño advirtió que el Ejecutivo está «amenazando con reprimir los piquetes» y resaltó «el derecho a la protesta y a la lucha por los reclamos de los trabajadores».

Balance gremial

El triunvirato de la CGT que integran los dirigentes Carlos Acuña, Héctor Daer y Juan Carlos Schmid, dará este jueves dos conferencias de prensa, una durante la mañana y otra por la tarde, para informar sobre el desarrollo del paro general de 24 horas.

Según informó el secretario de Finanzas, Abel Frutos, la primera de las conferencias tendrá lugar a las 11 en la sede de Azopardo 802, con el fin de dar una evaluación inicial sobre el alcance de la medida de fuerza.

En tanto, la segunda convocatoria a los medios, es para las 15, cuando el triunvirato que conduce la central obrera dará «las conclusiones de la protesta», según explicó el dirigente cegetista y titular del gremio de trabajadores panaderos.

Historia reciente de paros generales

El paro de este jueves será el número 40 desde el restablecimiento de la democracia en 1983: la primera medida gremial de esas características tuvo lugar en septiembre de 1984, a nueve meses de que el radical Raúl Alfonsín iniciara su mandato.

El primer Presidente desde el regreso de la democracia tuvo que sobrellevar 13 paros nacionales en 6 años, lo cual representa una tasa de 2,16 por año (casi un paro cada seis meses).

El peronista Carlos Menem (1989-1999), en tanto, recibió su primer paro recién a los 40 meses de debutar en el Poder Ejecutivo, pero a partir de ese momento acumuló un total de 8 paros hasta finalizar su segundo mandato, con una frecuencia de un paro cada 15 meses.

Con una huelga general cada 3 meses, el Gobierno de Fernando de la Rúa, que enfrentó su primer paro al tercer mes de asumir, fue el que registró mayor frecuencia de este tipo de protestas desde 1983 hasta la fecha: uno cada tres meses (fueron 9 en dos años, es decir, 4,5 por año).

Luego del estallido social de diciembre del 2001, que acabó con el Gobierno de la Alianza, la situación heredada por la administración de Eduardo Duhalde seguía siendo acuciante: en ese contexto, el presidente justicialista tuvo su primer paro promediando su quinto mes de gestión, y culminó su mandato con tres huelgas generales (1 cada 5 meses).

El presidente Néstor Kirchner logró construir una relación más fluida tanto con los movimientos sociales como con la CGT y, a medida que la situación social se fue descomprimiendo producto de una economía en crecimiento, las medidas de fuerzas en la calle también cedieron.

El único paro decretada durante su Presidencia tuvo lugar el 9 de abril de 2007, en el mes 47 de su mandato, pero en aquella ocasión la protesta convocada por la CGT y la CTA no tuvo como eje la crítica contra el Gobierno sino el repudio por el crimen del docente Carlos Fuentealba.

Su esposa Cristina Kirchner, quien gobernó durante dos mandatos consecutivos, exhibe un invicto en su primer período de cuatro años.

Luego de la muerte de Néstor Kirchner, y en particular a partir de su segundo mandato, la relación con el camionero Hugo Moyano, líder de la CGT, se fue deteriorando progresivamente, y los paros generales no tardaron en llegar.

Fueron cinco en total (siendo el primero el 20 de noviembre del 2012), y todos tuvieron como demanda central la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.