Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires.-

El dirigente Pablo Micheli, dialogó con Conclusión y dijo que la situación de Argentina es preocupante, y que está «convencido que se necesita un cambio de rumbo económico» y recordó que la lucha en las calles contra el macrismo no se dio «para encontrarnos con una idea no tan liberal como la del expresidente, pero también neoliberal».

«Por más que insista el gobierno y el ministro de economía, con el ajuste fiscal, y con la políticas de jubilaciones bajas al límite de la indigencia, salario mínimo vital y móvil que cuando se cobre la última cuota estará debo de la línea de indigencia y salarios por debajo de la inflación, determina que así no se recupere la economía», apuntó el referente de la CTA. 

Es decir: «Guzmán en vez de hablar tanto con el FMI, mira un poco más lo que piensa y le pasa al pueblo argentino»; no es este «solo» el camino, apuntó Micheli, sino que antes «hay que tomar decisiones, reactivando la economía con buenos salarios y jubilaciones, o es aumento desmedido de los precios, sistemáticamente. También combatir la inflación controlando los alimentos».

Parece que el FMI no quiere que se controlen los granos

El sindicalista avaló la medida del gobierno de interrumpir las exportaciones de carne, y señaló que los precios dolarizados conspiran para concretar la soberanía alimentaria». Y recordó que «no hay que distraerse con lo que pasa en la hidrovía, que se debe estatizar para recuperar puertos y dragado. Esto se consigue con decisión política».

«La pregunta es porque no se hace esto, parece que el FMI no quiere que se controlen los granos, en el tema energético pasa igual, se discute si hay aumento de tarifas o no, esto no es bueno, si se produce el incremento se pierden las elecciones. Hay herramientas que el Estado debe recuperar para revertir este proceso. Con la pata del FMI encima no tenemos destino», justificó Micheli.

Los grandes capitales extranjeros no sólo no van a ayudar en nada, sino que por el contrario, nos van a hundir

Consultado si había resignación o temor en el gobierno, contestó que «quiere creer que la pelea contra el neoliberalismo de Macri, fue para encontrarnos con una idea no tan liberal como la del expresidente, pero también neoliberal. Peleamos por un gobierno peronista que no puede tener estos niveles de pobreza» y que tampoco pueda controlar los precios de la carne».

A pesar que manifestó estar «a favor del gobierno nacional» y que apoya «las políticas públicas que lleva adelante», advirtió que  «los trabajadores, trabajadoras, los jubilados y las jubiladas deben tener dinero en el bolsillo y no pueden esperar ya que son los que movilizan la economía con consumo, mientras que los fondos de inversión, la banca internacional y los grandes capitales extranjeros no sólo no van a ayudar en nada, sino que por el contrario, nos van a hundir”.

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